Cuando Xie Lian es secuestrado dónde menos piensa que será llevado es a la mansión de uno de los más poderosos Alfas del mundo de la mafia, Hua Cheng.
Ahora cumpliendo con una deuda que le será impuesta, comenzará a vivir junto a él, en un mundo dó...
Xie Lian soltó un suspiro sobre los labios de San Lang.
Aquel beso, no era para nada agresivo. Más bien parecía ser que el tacto de un pluma acariciaba sus labios.
Era la primera vez que alguien había besado así a Xie Lian, con una lentitud casi siendo una tortura.
Los dedos de Lluvia Carmesí se mezclaban entre los mechones de su cabello, para poder mantenerlo cerca.
Tal vez eran aún los restos de afrodisíaco en él, pero sentía la necesidad de tener a ese Alfa aún más cerca.
El Omega enredó sus brazos alrededor del cuello del Alfa.
Pero al recobrar la razón, las alarmas en la cabeza de San Lang sonaron haciéndolo apartarse del Omega.
Una vez la calidez de aquellos labios dejaron los suyos, el Omega parpadeó mientras lo observaba fijamente.
Aquel era el Alfa al cual le habían asignado vigilar y reportar sus pasos.
No debía sentirse de aquella manera.
No debía ni siquiera pensar en que podría sentir algo por él.
Una tristeza se instaló en el pecho de Xie Lian casi de manera inmediata.
Tampoco quería pensar en como reaccionaría San Lang al enterarse de que él le había mentido todo este tiempo.
-Lo lamento -susurró el Omega apartando la mirada.
-No debes porque disculparte -escuchó decir a San Lang- Si Gege lo quiere aceptaré toda la culpa
Xie Lian no dijo nada, más que sólo lo observó.
Lluvia Carmesí era un Alfa muy apuesto, no lo podía negar. Y había algo en su persona que le provocaba curiosidad al Omega.
-¿Porque San Lang es tan bueno conmigo? -murmuró.
Hua Chengzhu sonrió levemente.
-No hay una razón, sólo quisiera que Gege sepa que puede confiar en mí
-¿Y si le dijera a San Lang que soy yo en quién no puede confiar?
La habitación quedó en silencio mientras San Lang se incorporaba para sentarse a la orilla de la cama. Xie Lian se movió para darle un poco de espacio.
Pero el sonido de golpes en la puerta los interrumpió.
-Lo lamento Hua Chengzhu, señor Lian -dijo Jin Shui mientras entraba- No era mi intención interrumpir, sólo quería ver como seguía el señor Lian
Lluvia Carmesí frunció el ceño mientras se levantaba completamente con intensión de salir de la habitación.
Pero antes de hacerlo su mirada regresó hacía el Omega, y sin decir nada salió desapareciendo por el pasillo.
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