Parte32

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En su vida Xie Lian había hecho muchas de las que no estaba orgulloso.

Siempre se encontró bajo la orden de alguien más.

Y le habían hecho cometer cosas terribles.

Pero ahora mismo aquel, no era el sentimiento que se apoderaba de él.

Por primera vez, sentía que estaba haciendo lo correcto.

Lo que realmente necesitaba para liberarse de aquellas cadenas que lo mantenían cautivo.

El frío material que sostenía entre sus manos contrarrestaba el calor de esas mismas.

-No debes apretar demasiado tus dedos, así lo único que logras será lastimarte por la presión -escuchó la voz de Feng Xin a sus espaldas.

Xie Lian suspiró, observando la brillante arma que sostenía.

Aunque Feng Xin había aceptado ayudarlo, estuvo renuente a enseñarle como usar un arma de forma adecuada.

Pero luego de su insistencia, el Alfa terminó aceptando.

-No me interesa -murmuró el Omega bajando el arma- Ya no existe nada en el mundo que me importe

-¿Ni siquiera Lluvia Carmesí? -le preguntó observándolo con los ojos entrecerrados.

Luego de ver las evidencias de Xie Lian inevitablemente Feng Xin también se había enterado de la relación de su amigo con una de las Calamidades de la Mafia.

El Omega no dijo nada y apartó la mirada de él.

Aquello era lo que Xie Lian había evitado pensar desde que tuvo el valor de apartarse de su lado.

Ningún Alfa querría a su lado un Omega marcado por alguien más.

Y Xie Lian no podría soportar el rechazo de la persona que amaba.

-Ni siquiera él -logró murmurar.

Feng Xin alzó una ceja sin creer una de las palabra que su amigo decía.

El frío silencio de la estación de policías era inquietante e incómodo.

El edificio estaba desierto, así que no debían preocuparse por ojos curiosos.

Aunque a decir verdad al Omega ya no le importaba nada de lo que dirían.

El sonido de unos pasos acercándose se escucharon antes de que la voz molesta de Feng Xin cubriera todo el lugar.

-¿Qué estás haciendo aquí? -le dijo a Mu Qing, cuando entró a la sala de prácticas- Se supone que debes quedarte en casa

Mu Qing lo observó con el ceño fruncido.

-¿Cómo se supone que me quede en casa cuando Xie Lian necesita ayuda? Te recuerdo que a pesar de todo aún puedo ser útil, no solo tú puedes hacerlo

-Solamente no quiero que les pase nada, ¿Es difícil de entender?

Xie Lian sonrió levemente al verlos.

Y sin evitarlo su mente comenzó a preguntarse si Hua Cheng se encontraba bien, pero luego se obligó a dejar de hacerlo.

No debía perder el enfoque.

San Lang estará mejor sin mí, pensó.

-Xie Lian -lo llamó Mu Qing sacándolo de sus pensamientos- Pude encontrar algo

El otro Omega se acercó a él mostrándole una pequeña pantalla portátil que llevaba consigo.

-Aún su paradero es desconocido pero mira esto -continuó- De algo podemos estar seguro, ese bastardo no escapó por su cuenta

Una mafia de lluvia y flores (Hualian Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora