Cuando Xie Lian es secuestrado dónde menos piensa que será llevado es a la mansión de uno de los más poderosos Alfas del mundo de la mafia, Hua Cheng.
Ahora cumpliendo con una deuda que le será impuesta, comenzará a vivir junto a él, en un mundo dó...
El auto se detuvo en una pequeña cabaña que estaba cerca de un muelle.
El frío viento de la playa golpeó a Xie Lian en el rostro cuando bajo del auto, a su lado Hua Cheng lo observó soltando un suspiro.
Habían pasado unos días desde que el Omega había despertado.
Y el Alfa había decidido que lo mejor sería alejarlo de todo, al menos hasta que pudiera estar completamente recuperado.
La Ciudad Fantasma no era ya una opción, aunque no había recibido ninguna mala noticia acerca de su territorio. Aquel seguía siendo un blanco muy peligroso.
Así que había optado por un lugar dónde nadie adivinaría que pudiera estar y mucho menos de atrevieran a pisar sin salir del peligro que correrían.
He Xuan alzó la mirada para poder encontrarse con ambos mientras llegaban a la entrada de la cabaña.
Xie Lian frunció el ceño al ver al otro Alfa.
-Este es el territorio de Agua Negra -dijo Lluvia Carmesi, ganando solamente un asentimiento por parte de Xie Lian.
Hua Cheng volvió a suspirar derrotado, desde el día que despertó en el hospital eso también había cambiado.
El Omega casi no le dirigía la palabra.
Solamente lo hacía cuando era necesario y tampoco era por mucho tiempo.
Hua Cheng ya no sabía que más hacer.
Era obvio ye algo había cambiado en su amado Omega.
-Aquí estaría a salvo -susurró He Xuan a su lado.
La mirada del Alfa siguió la silueta del Omega que desaparecía en una de las habitaciones.
-¿Qué planeas hacer ahora?
-Tengo asuntos de los cuales encargarme personalmente, no haz comentado nada, ¿Cierto?
-Ni siquiera lo sabe su amigo -comentó el otro Alfa- Pero te diré que está haciendo hasta lo imposible por encontrar a tu Omega
Hua Cheng no dijo nada.
Tal vez estaba siendo egoísta con Xie Lian al llevarlo a aquel lugar y alejarlo de sus amigos.
Pero también sabía que por el momento esa era la decisión correcta.
Alejarse de todo, al menos por el momento.
-Espero que está vez intentes hacerlo mejor -dijo He Xuan dándole un toque en su hombro- Recuerda que ese bastardo no dudo ni dudará en hacerle daño al Omega
Con una última mirada, He Xuan se dió vuelta para irse, regresando a su propia mansión en su territorio.
En el interior He Xuan comenzaba a sentir un poco de lastima por la situación del Omega.
Solamente lo había tratado en algunas ocasiones, pero podía decir que había cambiado.
Sus ojos estaban teñidos en una tristeza absoluta, pero también había una determinación que antes no había como si solo era cuestión de tiempo para que el mismo Xie Lian se hiciera cargo de la situación.
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