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Se sentía nerviosa, su corazón palpitaba con tanto fuerza que sentía que en cualquier momento se saldría de su pecho, frente a ella estaba Kosair, el hombre al que ha querido desde hace mucho, el hombre al cual no a podido olvidar.

— Athenea.. — murmuró él rubio con sorpresa.

Para los ojos del Troby, estaba frente a una diosa, no la había visto por varios años, nunca dudo de lo hermosa que era, pero ahora, ya era una mujer, sus facciones era delicadas y finas.

Ambos se acercaron, sin despegar la vista del uno del otro, y sin poder evitarlo, el rubio abrazó con fuerza a la pelirroja.

Athenea jadeó sorprendida, pero correspondió el abrazo con nervios, ahora que su cuerpo hacia contacto con el de Kosair sentía que explotaría, se le dificultaba poder controlarse, y le dolía el sentir como su corazón palpitaba cada vez más fuerte.

— Yo... — suspiró, ¿Que tenía que decir? Hablar por cartas le resultaba más fácil, pues no veía el rostro, ni el cuerpo, ni los ojos, ni los labios del rubio, pero ahora, ¡Todo era más difícil!

— Eres más hermosa de lo que recuerdo — confesó Kosair, aquello sorprendió a la chica, y un ligero sonrojó de instaló en sus mejillas.

"Ahora entiendo a Heinrey" pensó la pelirroja mientras intentaba ocultar sus mejillas rojas.

— Yo... Gracias, tu te ves más hermoso...¡Digo! ¡Increíble! ¡Ah! — exclamó nerviosa mientras se giraba y se ventilaba con la mano.

"Que vergüenza" pensó Athenea con nervios y los ojos llorosos.

Aquello sorprendió a todos, en especial a las damas de compañía de la emperatriz, y a Julius, quien había entrado atrás de la pelirroja, él siempre vio que era alguien calmada y tranquila, ahora pareciera que fuera otra persona.

"Esto es muy divertido" pensó alegre Enzo mientras agarraba algún bocadillo de la emperatriz.

Athenea pedía que la tierra la tragara pero la risa de Kosair le sorprendió, lo miró y sonrió levemente.

"Se ve lindo" ante eso pensamiento se volvió a sonrojar.

— No sabes cuánto anhelé verte — confesó el rubio, la pelirroja sonrió y se lanzó a los brazos de Kosair.

— ¡Yo igual! Te extrañé mucho — ahora la escena era tierna, Kosair aferraba a la pelirroja en su pecho.

¿Quién corta su mundo? Me siento ignorado... — le susurró Einar a su hermano, pero este solo negó enternecido, quería seguir viendo el actuar de su pareja favorita.

— ¿Por qué hacías mucho ruido? — preguntó Athenea tras separarse.

— ¿Ruido?... Estaba enojado... Navi ¿Por qué es que estaba enojado? — le preguntó Kosair a su hermana, pero antes de que ella pudiera responder lo recordó — ¡Ya recordé! ¡¿Dónde está ese maldito?! — todos se sobresaltaron por el tono.

— ¿Maldito? — Athenea miró desconcertada a la emperatriz, quien está frente a un monton de regalos — Son demasiados...— murmuró divertida, le recordaba a cuando cumplía años y Levi le mandaba obsequios.

— También traje para ti — le dijo Kosair a su pelirroja favorita mientras aún refunfuñaba por su enojo hacia el emperador.

— ¿Para mí? Que considerado eres — le sonrió con un leve sonrojo.

"Athenea, Cálmate, solo es el chico que te gusta desde hace varios años... Y con el cual te has comunicado por cartas... El cual te enseñó a pelear y que está más hermoso que... ¡Tranquilizate!" se regañó la pelirroja.

Protected » [Kosair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora