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Kanami sonrió aliviada al ver qué a unos metros estaba la cueva.

Al fin podría irse del Norte, porque sabía que si seguía allí tarde o temprano terminaría por ir al palacio y acabar con la miserable vida de Leandro.

— Casi es el ocaso — comentó Athenea mientras veía el cielo tornarse de un color naranja.

"Espero Evely esté bien, quisiera haberla podido ver y darle consuelo, pero conseguir esto es importante" pensó la temporalmente rubia.

La princesa adoraba a Evely, era una joven muy linda y tierna, aparte de que tenía mucha habilidad en la magia, entendía que debía de estar destrozada por el hecho de perder su maná, pero tendría que ser en otro momento en que le dijera que contaba con ella para todo.

— Tenemos poco tiempo para que la poción deje de hacer efecto en tu cabello — informó la azabache mientras apresuraba el paso a la cueva.

Cuando llegaron a la entrada de detuvieron — Iré primero — avisó la princesa para después ingresar a la cueva.

Cada paso que daba lo hacía con cautela, los primeros metros eran completamente oscuros, pero después poco a poco se fue iluminando.

El rostro de la joven se llenó de sorpresa al ver qué varias flores blancas se encontraban allí, estas tenían un brillo especial... Un brillo mágico.

— ¿Athenea? — se escuchó la voz de Kanami, voz que hizo reaccionar a la mencionada después de oírla.

Caminó a la salida un poco consternada, podía sentirse conectada con aquel lugar y no sabía el porque.

— Está bien, pasa — le dijo a la azabache, esta asintió y con seguridad entró a la cueva mientras que la princesa iba atrás de ella — es extraño, me siento conectada — comentó mientras llegaban a la parte iluminada.

— Es normal, las piedras de luna son su debilidad, pero estás flores son su fortaleza, nacieron para crear algo que los protegiera, lamentablemente su poder no es fuerte, por ello se necesita de varias cosas para que puedan tener un efecto mínimo — explicó Kanami mientras tocaba los pétalos de una flor.

— ¿Solo hay flores de este tipo en el Norte? — Preguntó Athenea mientras caminaba entre ellas.

— No, pero es el único lugar conocido,  se dice que crecen cerca de las piedras de luna, pero en Magique no se han encontrado, quizás es por el hecho de que cuando los príncipes herederos van al bosque a controlar su último don terminan consumiendo la energía del lugar evitando así que estás flores puedan crecer — respondió la azabache mientras rebuscaba en su mochila hasta sacar unos frascos — hay que encontrar la flor que contiene el tutela pulveris

— ¿Y como sabré cuál es? — preguntó la princesa mientras enseñaba el montón de flores blancas.

— Porque lo sentirás, según tengo entendido la flor te hará sentir única, te hará sentir lo que sentiste cuando descubriste que la Emperatriz era tu protegida — respondió Kanami.

"Pero eso fue hace casi trece años" pensó Athenea mientras se daba la vuelta.

Cerró los ojos para concentrarse y empezó a caminar entre las hermosas flores de la cueva.

Estiró sus brazos para que sus manos hicieran contactos con las flores pero ninguna le causó el efecto que esperaba.

Cuando iba a darse la vuelta para ver a su amiga sintió algo, como si un manto la envolviera para hacerle sentir protegida.

Athenea empezó a caminar hacia el lugar donde sentía eso, con cada paso que daba se sentía mejor, al llegar frente a una hermosa flor blanca que aún no abría tuvo la tentación de tocarla.

Protected » [Kosair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora