Todos en el palacio rebosaban de alegría al ver que la princesa del reino más poderoso había llegado a Occidente.
Athenea caminaba por los pasillos del castillo con su brazo izquierdo entrelazado al de su mejor amiga, de esta forma mostraba a todos los que las vieran que eran demasiado unidas, mientras en su mano libre llevaba el pequeño cofre que su suegra le había dado.
— ¿Occidente te ha tratado bien, Navi? ¿O tengo que hablar seriamente con Heinrey? — preguntó la pelirroja con interés causando cierta preocupación en el rey.
La reina sonrió ante la preocupación que sentía su mejor amiga.
— Actúan como se veía venir ante una nueva reina — respondió la rubia sin dar muchas explicaciones, por lo cual la menor suspiró.
— Bueno, si te hacen sentir mal o hacen algo que te dañe tengo la libertad de protegerte aún si es con fuerza, ¿Verdad, Heinrey? — el mencionado asintió sin siquiera pensarlo.
— Reina debe ser respetada de la misma manera en que me respetan a mi, porque tratar con ella es como si trataran conmigo — declaró el rubio para orgullo de su amiga.
Navier no supo cómo reaccionar ante lo dicho por su esposo, si bien en Oriente era respetada, Sovieshu jamás había dicho tales palabras, jamás la comparó con él, pero Heinrey en estos momentos lo estaba haciendo, y no solo eso, si no que decía que su palabra valía lo mismo que la de él.
— Navi — llamó la princesa — aquí no es Oriente, aquí serás feliz, yo lo sé — sonrió con complicidad.
La reina sonrió, si su cuñada decía eso era porque iba a ser verdad, por algo confiaba ciegamente en ella.
— Mi reina será la mujer más feliz del mundo, jamás la dañaré y haré todo lo que esté en mis manos y más para que la tristeza y las lágrimas ya no vuelvan a estar en su rostro — prometió el rubio causando cierto shock en Navier.
Cierto sonrojo se asomó en sus mejillas, una parte de su ser quería creer en esas palabras pero la otra decía que no lo escuchara, que eso había dicho Sovieshu y terminó despojándola de todo lo que tanto le costó construir.
— La comparación podría dañarte más, olvida el pasado y mira el futuro — aconsejó la princesa con una mirada llena de dulzura que calmó y agradeció la mayor.
— En verdad te extrañé, espero que no nos volvamos a separar por mucho tiempo — confesó Navier.
Athenea sonrió sin responder algo, no sabía que decirle, no podía prometerle que jamás se volverían a separar porque sería una mentira, pero tampoco quería decirle lo contrario porque a ambas le dolería.
— Brujilda, tu habitación está completamente lista, yo me encargue de ella por lo que estoy seguro que tú habitación es la segunda mejor del palacio — la pelirroja ignoró el apodo recién dado por su amigo para solo centrarse en lo que dijo respeto a sus nuevos aposentos.
— ¿Segundo? — no pudo evitar preguntar.
— El primero es el que le pertenecerá a mi reina cuando celebremos nuestra boda — nuevamente una sonrisa de orgullo apareció en el rostro de la menor.
El rey miró a su esposa con una sonrisa que demostraba cuánto la quería, cosa que hizo que Navier se incomodara un poco, aún no estaba acostumbrada a las cosas que Heinrey hacía por ella, pero lucharía para que ese matrimonio si funcionara.
Athenea al ver lo que sucedía con su cuñada decidió cambiar la conversación, pronto llegarían a su habitación por lo que oficialmente sería una nueva integrante de aquel reino.
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Protected » [Kosair]
FanfictionAthenea Gardien no es solo una aprendiz para la emperatriz, es su mejor amiga, es su guardiana, es su consuelo, es su esperanza, es una hermana. Athenea y Navier se querían tanto que no importaba que sucediera, la una siempre iba a estar para la otr...