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Athenea salió de la habitación de su cuñada dispuesta a buscar a Enzo, pues todavía quería hablar con él respecto a lo que habían conversado cuando llegó.

Para ella aún era muy temprano como para acostarse, pues apenas rondaban las diez de la noche, pero la reina la había despedido para descansar, ya que Navier consideraba que aún debía estar cansada, o estresada, sin contar que la mayor la había convencido de que dormiría temprano, pero aquello era una mentira, la rubia planeaba pasear un poco para pensar en que hacer.

Pensó en donde podría estar su amigo, la idea de que estuviera con su dama de compañía cruzó su mente, pero descartó la idea al recordar que la castaña estaba haciendo una limpieza excesiva en sus aposentos, pues a palabras de la joven "no debía estar en un lugar desordenado, no era apto para una princesa", aquella frase causó diversión en la pelirroja, pues desordenó la habitación por andar huyendo de Kosair la noche anterior.

"Oh, no lo he visto desde el amanecer... ¿será prudente que vaya a su habitación?" se preguntó.

Se encogió de hombros y sonrió, no veía razón de preguntarse si era prudente o no, pues mas de una ocasión ambos hacían actos totalmente indebidos.

Se teletransportó a la habitación de su amado y sonrió ilusionada de verlo, lamentablemente se encontró con la terrible soledad del lugar, la decepción pasó por sus ojos y se dedicó a mirar por el lugar con la esperanza de encontrar algo que le dijera de su ubicación.

"Nada... ni Enzo ni Kosair me dijeron algo" hizo un puchero, si bien sabía que no podía obligarlos a siempre tenerla informada acerca de las acciones que hacía, pero eso no evitaba que se preocupara.

— ¿A donde podría haber ido? — preguntó, suspiró, dejaría hasta ahí la búsqueda, si fuera importante su amado o amigo le hubieran dicho.

Sin pensar mas cosas decidió irse a su habitación, extrañaría a su amado, pero podía dormir sola, aprovecharía para poder hablar con su dama acerca de los sentimientos de esta por el gemelo menor, al igual que podría escribirle cartas a sus padres, pues no había dando muchas explicaciones desde que resolvió sus asuntos en Oriente.

En el momento en que llegó a sus aposentos se encontró con su dama y amiga acostada en el suelo, esta leía mientras movía sus pies alegremente.

— ¿Tiana? — la joven al escuchar la voz de la princesa rápidamente se puso de pie y sacudia la falda de su vestido.

— Su alteza, no la escuché llegar — reverenció, la pelirroja le sonrió.

— Me dió flojera caminar... ¿Podrías prepararme mi bañera? Quisiera bañarme antes de prepararme para dormir — pidió, la castaña asintió rápidamente y corrió al baño de la de joven.

La princesa rió divertida al ver que la dama había abandonado en el suelo aquel libro que leía, lo levantó y colocó en una mesita que había, cuando se iba a dar la vuelta para buscar su ropa vio como una hoja sobresalía del libro.

Confundida, lo abrió y dejo ver una hojita que decía "se ha logrado, mañana te cuento, mi querida"

— Mi señora... Ay no — murmuró con horror la joven al ver lo que la Gardien tenía en su mano y se aproximaba con rapidez — No debe de revisar cosas ajenas, Su alteza — regañó mientras le arrebataba la hoja.

— Lo sé, es solo que... ¿Mi querida? — por mas que quería defenderse aquello no salía de su cabeza — ¿Tienes pareja? ¿Por eso te alejaste de Enzo? Creí que era él por quien tenías sentimientos, ahora no se que pensar, ¿Lo conozco? ¿Es bueno? Si te hace daño dímelo, conocerá mi odio — habló con rapidez.

Protected » [Kosair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora