Jungkook estaba hipnotizado. Sus ojos no podían despegarse de los de Tae, de los de su omega. Sus ojos refulgían enamorados mientras observaban atentamente cada uno de sus movimientos, y había tenido que detener sus movimientos cuando se sintió observado.
Taehyung solía tener momentos así, donde sus ojos se quedaban conectados a los suyos, mientras aparecían en ellos imperceptibles brillos azules. Del color de las profundidades del océano. Recientemente su lobo omega estaba más presente, más activo y parecía tener bastante fuerza al lado de Taehyung. Sohye había mencionado que aquel regreso ocurriría de forma progresiva, pero rápida. Y tal cual una profecía, se había cumplido al pie de la letra.
Solo fue necesario una semana y media con baños de hierbas y brebajes de sabores exóticos para que el lobo se hiciera presente. Como justo ocurría en esos momentos.
Taehyung, tan poco acostumbrado a tener a su omega activo en su interior, se rendía a ratos y le cedía parte del control de su cuerpo humano, procurando siempre tener un margen que le permitiera regresar junto a su cordura y raciocinio humano si es que su hormonal lobo hacía de las suyas.
Al final, siempre cerraba sus ojos y respiraba tranquilamente por varios minutos, para después abrirlos y continuar con lo que sea que estuviese haciendo previamente. Le pedía ayuda a Jungkook varias veces, confiando en él, para que supiera controlar y guiar a su omega cuando le daba todo el control, lo cual no había sucedido más allá de solo un par de ocasiones, generalmente cuando pasaba demasiadas horas del día sin ver a su alfa y clamaba incansable por su cercanía.
Y poco a poco, había comenzado a controlarlo. Pero, por supuesto, aun le faltaba mucho camino por recorrer para poder controlarse como un adulto experimentado.
Por lo mientras, había tomado la precaución de no transformarse en su forma lobuna, temiendo que no pudiera retomar el control a tiempo. Estaba convencido de que primero debía aprender a gestionarse en su forma humana. Después vería qué hacer con lo otro.
Jungkook se acercó al omega y se sentó al pie del futón, donde se encontraba recostado sobre su costado izquierdo.
Acarició sus cabellos iluminados por la cálida luz que entraba por la ventana, quedándose embelesado cuando el omega cerró sus ojos y se acurrucó hacia el sutil tacto. Se acercó lo suficiente para besar su mejilla, su sien, y su frente con suprema dulzura.
— Hola, amor. — Saludó, con una pequeña sonrisa. — ¿Qué tal estuvo tu siesta?
— Mal. — Refunfuño con voz somnolienta, viéndose extremadamente tierno ante los ojos de su alfa.
— ¿Por qué?
— Porque no dormiste junto a mí.
Jungkook soltó una suave sonrisa, alegre, cálida y genuina.
— No me necesitas para poder dormir. — Argumentó.
— Sí lo hago.
— No, no lo haces.
— Eso no lo decides tú. — Contradijo.
— Creo que te he estado malcriando demasiado ¿No te parece? — Comentó. — Además, te dormiste casi dos horas, así que realmente no me necesitas para ello.
— Pero contigo cerca, descanso mucho mejor.
Jungkook besó su ceño fruncido, aquel pliegue entre sus cejas del que no se había dado cuenta, y lo destensó casi al mismo tiempo en el que sus suaves belfos tocaron su piel.
Suspiró ante aquel suave y delicado roce, sintiendo a su lobo ronronear de gusto en su interior. Cuando Jungkook se separó, compartieron sus sonrisas por algunos eternos instantes. Pero el alfa le mencionó que tenía que encargarse de algunas cosas en su laptop, por lo que Taehyung estiró su cuerpo, y se incorporó lentamente.
ESTÁS LEYENDO
Vendimia || KookV
Fanfic| Finalizada | Jeon Jungkook, acostumbrado a una vida sin conocer el cansancio y el esfuerzo, creció en el seno de una familia poderosa que le proporcionaba todo lo necesario para alcanzar sus metas. Como próximo líder de una de las cadenas de resta...