Jungkook se veía incapaz de dormir. Eran casi las tres de la mañana y ya estaba harto de dar mil y una vueltas en su cama oyendo el suave arrullo de la llovizna que caía afuera.
El segundo día del celo había comenzado y parecía que sus síntomas habían aumentado de golpe. Para colmo, los supresores no parecían ser tan efectivos como en horas anteriores. Abusar de ellos terminaría por lastimar a su lobo, por lo que prefería tomar la cantidad mínima posible.
Después de no poder soportar durante un solo segundo más su dolorido y sudado cuerpo, había optado por tomar una ducha fría en la bañera del cuarto de baño, buscando tener un poco más de tiempo antes de que ingiriese una nueva pastilla.
En cuanto entró sintió cómo sus músculos se relajaban placenteramente y una pequeña porción de la tensión que había estado conteniendo salía de su cuerpo.
Sin embargo, su cuerpo seguía ardiendo y los fuertes cólicos en su vientre bajo continuaban cual despiadado martirio.
No entendía porque su celo le golpeaba con tanta fuerza, era increíblemente inusual. No podía recordar alguna ocasión similar.
¿Acaso la presencia de cierto omega era la culpable? Desechó la idea de inmediato, no logrando unir las ideas.
Salió de la bañera unos minutos después y prefirió no secar su cuerpo, consciente de que reaccionaría de forma indebida ante el roce de la tela.
Tampoco se preocupó por ponerse alguna prenda encima. Cuando recostó su espalda contra el mullido futón, volvió a sentir su cuerpo arder sin tregua.
Bufó fastidiado antes de verificar la hora en el reloj de la mesita de noche; las tres y cuarto. Debía de tomar sus supresores ahora.
Algunos truenos se oían en la lejanía, y la lluvia comenzaba a tomar poder sobre la noche.
Sacó la ligera cajita de pastillas de la mesita de noche a su derecha y tomó una píldora entre sus dedos, para después llevarla a sus labios y tratarla en seco, sintiendo con alivio como surtía efecto un par de segundos después.
Las primeras horas solían ser efectivas, antes de que su cuerpo comenzara a mostrar los síntomas antes de lo planeado.
—¿Kook? —se sobresaltó al escuchar ser llamado al otro lado de la puerta en un tímido murmuro.
Se levantó de inmediato, colocándose un pants negro rápidamente y se acercó a la puerta con cautela antes de recorrerla y enfrentarse a las mejillas sonrojadas de Taehyung.
—¿Qué haces despierto a estas horas? —cuestionó al mismo volumen.
—No podía dormir. —se excusó. —P-pero si t-te molesta mi presencia puedes ignorarme. —dijo atropelladamente— puedo regresar y t-tomar algún té...
Un aterrador estruendo que acobardaría hasta al más valiente se escuchó con fuerza, seguido de un eterno eco que grababa su efímera existencia.
Taehyung se estremeció de inmediato, soltando un chillido asustado y fue entonces cuando Jungkook entendió lo que sucedía.
Atrajo al omega a sus brazos y este se acurrucó en su pecho. Taehyung acercó su nariz a la curvatura de su cuello y olió con ganas, relajándose de inmediato al sentirse protegido.
Rodeó al omega con su brazos y olfateó su cabello, cerrando los ojos para deleitarse con más fuerza con su perfume.
El omega olía a miedo, y su alfa sintió la imperativa necesidad de hacer desaparecer aquella trémula esencia con la propia.
—¿Quieres dormir conmigo? —preguntó, y el omega le miró de inmediato con una expresión indescifrable. Cuando el azabache fue consciente de la malinterpretación de sus palabras se sonrojó furiosamente. —N-No me refiero a eso, sólo dormir. Nada más. —explicó después de aclarar su garganta.
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Vendimia || KookV
Fanfiction| Finalizada | Jeon Jungkook, acostumbrado a una vida sin conocer el cansancio y el esfuerzo, creció en el seno de una familia poderosa que le proporcionaba todo lo necesario para alcanzar sus metas. Como próximo líder de una de las cadenas de resta...