Capítulo 8.

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Jungkook sintió su cráneo impactar contra el suelo de la forma más dolorosa posible. Su mundo se volvió negro durante un par de segundos. Un quejido de dolor había brotado desde su garganta sin que tuviera oportunidad de detenerlo.

Su espalda también fue víctima de tan desafortunado suceso, impactando contra el suelo sin piedad. Sintió sus huesos tronar de manera preocupante, pero más lo fue la nula ayuda que recibía.

—Te lo dije—Taehyung luchaba por no deshacerse en carcajadas. Ni siquiera él, cuando era un cachorro fallaba de forma tan graciosa.

Decir que Jungkook tenía talento como jinete era una total falacia.

Cuando el dolor bajó, Jungkook se reincorporó lentamente. Mantenía en su frente las cejas fruncidas, producto de su expresión de disgusto.

¿Cómo era posible que fuera tan difícil subir sobre un caballo y que este hiciera caso a lo que tú querías?

—Esto es trampa. Me diste a un caballo que ni en su otra vida me hará caso. —se quejó el alfa sobando su cabeza con cuidado, verificando que no se la haya roto al caer.

Parecía no agradarle a Luna para nada. A pesar de que había logrado subir a ella con éxito en la primera ocasión, no le tomó más de dos minutos hacer que su ser tocara el suelo, con la ventaja de que en aquella ocasión la paja pudo amortiguar su caída cual mullida colchoneta.

Lástima que no había logrado tener la misma suerte en los otros dos intentos, siendo ese el tercero, donde seguramente había conseguido fuertes golpes que le dejarían moretones durante los próximos días. Además, las carcajadas de burla que soltaba el omega no ayudaban en nada a motivarlo, al contrario, herían fatídicamente su orgullo de alfa. ¡Por amor a la Diosa! No llegó a prever ser tan malo en aquella tarea.

—Te veías muy osado, muy dispuesto a hacer lo que se te propusiera—Taehyung acarició el lomo de Luna con cuidado, formando un leve puchero en su rostro al ser rechazado. Tenía la muy convincente hipótesis de que esa nívea yegua detestaba a cualquier ser vivo que se encontrara a su alrededor.

—Ese no es el punto. —Comentó flexionando sus hombros, escuchando tronar sus huesos de nueva cuenta—Podrías simplemente haberme dado cualquier otro caballo, y ya. Fin del problema—se observó a sí mismo con detenimiento, formando una mueca de profundo asco al descubrirse lleno de polvo y con un par de gotas de sudor corriendo en su nuca—Es un caballo estúpido. —el enojo había comenzado a arribar en Jungkook, quien se sacudía furiosamente la ropa, buscando eliminar cualquier rastro de suciedad—Si quieres encontrar un jinete para esa cosa, creo que ya has descubierto que yo no soy el indicado.

Taehyung abrió la boca indignado, dispuesto a reprochar. No podía creer que alguien se expresara de aquella forma de alguno de sus animales. Quizá no era lo suficientemente dóciles como algunos quisieras, sin embargo eran astutos, inteligente y asertivos. Pero jamás serían estúpidos.

Antes de pudiera hacer lago, Jungkook se alejó de él pasando por su lado mientras dejaba una estela de olor a enojo. Se encontraban solos justo afuera de las caballerizas, todos los trabajadores que realizaban sus labores se mantenían en el interior o en las tierras de cultivo, manteniéndose al margen de aquella situación si es que llegaban a enterarse de su existencia.

Taehyung no puedo evitar molestarse. Nadie se atrevía a decir algo como eso y salir ileso.

— ¿Eso quiere decir que he ganado la apuesta? — Preguntó lo suficientemente alto como para que el alfa lo escuchara.

Jungkook detuvo sus pasos, y se dio media vuelta en dirección del omega.

— ¡Ni lo pienses! La apuesta sigue en pie, pero me niego rotundamente a aprender en ese caballo—apuntó con la mandíbula a Luna, quien se encontraba a un par de metros pastando tranquilamente, totalmente ajena a ambos individuos.

Vendimia || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora