— ¡Tae! — Llamaba un alterado Jungkook. El omega estaba inconsciente en el suelo, su rostro estaba esculpido en una profunda mueca de dolor agudo y desgarrador. Su boca estaba abierta mientras pronunciaba un grito que nadie podía escuchar y sus ojos se cerraban incapaces de poder asimilar algo más.
El proceso había comenzado bien. Era el mismo que se llevaba a cabo cuando los padres le enseñaban a sus hijos a cambiar, por lo que no debería haber representado ningún inconveniente.
Sohye le había dado un espacio al omega donde pudiese despojarse de sus prendas, dándole a cambio una cálida frazada de fondo blanco y líneas negras y rojas con las cuales cubrir su cuerpo de la frescura del bosque. Después, Sohye y Taehyung se habían hincado frente a frente sobre el pasto y la tierra fría, detrás de la cabaña y frente a la espesura de los árboles, cerraron sus ojos, juntaron sus frentes y esperaron unos minutos en un profundo silencio; ella cambió primero, con cierta lentitud premeditada pero con notable destreza, adoptando con parsimonia la elegante forma de una zorra roja.
El omega, por otro lado, se había mantenido en completa concentración, tratando de conectar con su parte lobuna. No quería precipitarse, por lo que estaba haciendo el proceso con calma. Las nubes en la cielo se movían lentamente, pero habían permitido que la pequeña porción de luna que se presentaba aquella noche tuviese algunos minutos fuera de su resguardo. Sus rayos no poseían fuerza, apenas un resquicio del reflejado resplandor podía iluminarlos.
La metamorfosis fue lenta, pausada y cautelosa. Los rasgos de Taehyung fueron cambiando poco a poco bajo los ojos de Jungkook, quien veía aquel cuadro maravillado. Era una insólita situación completamente fascinante.
Lo primero que tomó forma fueron las orejas, las cuales resaltaron sobre la cabeza aún humana, sobresaliendo de los desordenados cabellos humanos, presumiendo un pelaje claro, pero de un tono que jugaba con las sombras de la oscuridad.
Una peluda y esponjosa cola sobresalió bajo la superficie de la manta, siendo advertida solo por un suave balanceo. Pronto, los rasgos humanos del omega fueron cambiando, acompañados del inquietante crujido de los huesos al ser reacomodados en el mismo cuerpo para adoptar una posición distinta.
Su mandíbula se transformó y de sus brazos comenzó a crecer en segundos un abundante pelaje. Sus extremidades mutaron y se convirtieron en patas, sus uñas se convirtieron en garras. Al final, había resultado en un majestuoso lobo omega de pelaje blanquecino grisáceo.
Agotado, el lobo se echó sobre el suelo, mientras que trataba de regular su agitada respiración. La zorra se acercó a él y comenzó a caminar a su alrededor, oliendo su cuerpo y tocando con su hocico su pelaje.
Jungkook sonreía con profundo orgullo, feliz de ver por primera vez a su omega en esa forma, satisfecho por aquel impresionante logro. Apenas y podía reprimir sus deseos de acercarse y acariciarlo con sus propias manos.
Sohye se acercó a la cabeza lobuna y olfateó un poco, mientras que su cola se movía de lado a lado paulatinamente. De pronto, sus orejas se elevaron velozmente, y la zorra retrocedió un par de pasos.
Un segundo después, el omega profirió un lastimero gemido. Comenzó a moverse erráticamente, completamente alterado. Alarmado, Jungkook se acercó con premura y envolvió a Taehyung entre sus brazos. Liberó su olor y trató de expulsar feromonas capaces de tranquilizarlo. No era un omega, por lo que no era un método demasiado efectivo, pero surtió efecto, pues el lobo se refugió entre sus brazos, olisqueando su cuello con desespero.
— ¡Tae!
Las manos del alfa recorrían su pelaje con movimientos tranquilizantes, mientras que de su interior brotaba un primitivo instinto de protección.
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Vendimia || KookV
Fiksi Penggemar| Finalizada | Jeon Jungkook, acostumbrado a una vida sin conocer el cansancio y el esfuerzo, creció en el seno de una familia poderosa que le proporcionaba todo lo necesario para alcanzar sus metas. Como próximo líder de una de las cadenas de resta...