—Hola. —Saludó Jungkook en cuanto puso un pie en el despacho de Taehyung. Este le recibió con una sonrisa cansada, dejando de lado el documento que yacía entre sus manos.
Justo después, se levantó y se acercó al alfa para estrecharlo entre sus brazos. Jungkook correspondió su abrazo con gusto, escuchando el suspiro de alivio que el omega dio.
Desde que Tae se había recluido en esas cuatro paredes, habían comenzado a sentir eternas las horas que permanecían separados. Estas eran asfixiante, como una soga que aprisionaba su cuello conforme daban pasos lejos del otro.
Afortunadamente, tan solo era una o dos veces a la semana, por lo que le habían contado, en la que Tae se veía obligado a dejar el trabajo de campo.
La suave nariz del omega se enterró en el cuello de Jungkook, e inhaló con necesidad. De pronto, Jungkook casi fue capaz de sentir como el terrible estrés que había acumulado a lo largo del día era expulsado con aquel cálido roce.
— ¿Cómo estás, Tae? —Preguntó el alfa.
—Exhausto. —Dijo sin cambiar de posición. —No creo poder soportar estar aquí ni un solo instante más.
Jungkook asintió de acuerdo, comprendiendo perfectamente lo fastidioso que podía ser estar en esa situación.
—Salgamos un rato de aquí, necesitas aire fresco. —Invitó. Taehyung asintió levemente antes de tomar su mano y guiarlo fuera de la casa, en dirección al bosque.
Jungkook miró sus manos juntas, y se sintió extraño, pero no incómodo. Era más bien una sensación desconocida, una a la que no estaba acostumbrado.
Cuando no tenía mucho de que se había presentado, había tenido varias parejas, tanto omegas femeninos como omegas masculinos e incluso betas. Había tenido varios compañeros de cama en la vida despreocupada que solía llevar hace casi dos semanas atrás.
Pero esto era diferente, no solo porque el cariño que tenía hacia Taehyung era demasiado grande para el tiempo en el que habían estado juntos. Sino también porque el tipo de relación que estaban cimentando era mucho más demostrativa que cualquier otra.
Por más parejas que hubiera tenido antes, jamás había logrado sentirse tan cómodo tomando la mano de alguien más como en ese momento.
Su lobo estaba tan de acuerdo con estar cerca del omega que le impresionaba. Jamás había aceptado a alguien, siempre se mantenía con la guardia alta con cada una de las parejas que había tenido.
Pero con Tae, este se volvía un cachorro dócil y juguetón.
Se detuvieron después de haberse adentrado varios metros dentro del bosque y se mantuvieron quietos durante varios minutos, en silencio. Disfrutando de la suave brisa, del murmullo de los animales escondidos entre los árboles y la suave luz de luna menguante.
—Kook, ¿Podrías cambiar a tu forma lobuna para mí? —Preguntó el omega rompiendo el silencio.
Jungkook le observó un poco descolocado, pero asintió sin ningún reclamo.
Se quitó su camisa fácilmente, dejando su torso completamente desnudo. Taehyung sintió sus mejillas calentarse mientras recorría con sus ojos cada centímetro de piel. Sus manos picaron, recordando la sensación de tener esa piel bajo sus manos y anhelando revivirlo.
Sin pensarlo demasiado, se acercó lo suficiente a Jungkook como para que no hubiera más de veinte centímetros de distancia entre ellos. Levantó su mano y palpó la suave piel bajo la mirada confundida del alfa.
Jungkook detuvo sus movimientos de inmediato, quedando únicamente con sus pantalones puestos y con la mirada fija en las manos del omega, quien recorrió lentamente sus pectorales, bajando con parsimonia y perdiéndose en la maravillosa vista.
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Vendimia || KookV
Fiksi Penggemar| Finalizada | Jeon Jungkook, acostumbrado a una vida sin conocer el cansancio y el esfuerzo, creció en el seno de una familia poderosa que le proporcionaba todo lo necesario para alcanzar sus metas. Como próximo líder de una de las cadenas de resta...