no se me ocurre un nombre (: ¿ayuda?

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Narra Khalessy.

Continuaba prácticamente dormida cuando unos siseos me comenzaron a fastidiar, tenía sueño, seguía con los ojos cerrados y tapada hasta la cabeza aferrandome a la sábana con fuerza.

-Pues no, por ser semidiosa híbrida no parece que te salgan cosas raras, parece una loba normal.- escuché el susurro provenir de mi derecha y me tensé. Mis alarmas se dispararon pero no me moví.

-A lo mejor la característica es el mal genio que tiene.- esta vez la voz conocida provenía de mi izquierda.

-Es una buena chica y lo sabes.- está vez la primera voz también se me hizo conocida. A medida que me iba despertando me iba relajando.

-Pero no se lo digas, podría volverse una arrogante como yo.- esa era la inconfundible voz de West.

-Ella es encantadora, tu eres quien la irrita.- Jake le devolvió el susurro. Sonreí bajo la sábana.

Y dejé de sonreír cuando caí en la cuenta de que esos dos estaban en mi habitación observandome dormir.
Entonces me sentí molesta, y privada de mi intimidad. Me levanté de un salto que los hizo retroceder asombrados.

-¿Que demonios creéis que estáis haciendo?- soné irritada y un poco histérica, gesticulando con mis brazos.

-Perdón, no queríamos molestarte.- Jake sonrió un poco apenado.- solo veníamos a...- le interrumpí.

-¿A verme dormir? ¿A buscar si tengo algo diferente por quien soy?- la ira irradiaba por cada poro de mi piel.

-Estabas despierta, increíble.- West sonrió, negando con la cabeza divertido.

-¡Te callas!- exclamé furiosa fulminandolos con la mirada.

-No, escucha... te trajimos el desayuno.- Jake señaló una bandeja sobre la mesilla de noche.

-Pero eso no os da derecho a quedaros viéndome ¿qué si hubiera estado desnuda?- me relajé un poco y resoplé molesta.- esta bien, olvidalo, no lo volváis a hacer.- Jake asintió frenéticamente mientras West me ignoraba, observando por la ventana.

-Te lo juro, Khalessy.- aseguró Jake convencido aún asintiendo.

-Yo no puedo prometer eso.- comentó West sin siquiera mirarme.- es una crueldad que me despojes de poder entrar aquí a verte dormir, te ves tan bonita y frágil.- me dirigió una sonrisa amplia que me heló la sangre.

-No soy débil.- pronuncié furiosa apretando los dientes.

-Yo nunca dije eso.- rebatió West caminando hacia la cama.

-¿Podeis dejarme sola?- los miré a ambos con seriedad.- me gustaría tomar mi desayuno tranquila, si puede ser.- mi tono fue frío y neutral.

-Por supuesto, aquí tienes.- Jake cogió la bandeja y me la colocó sobre el regazo. Había unas tostadas con mantequilla y miel, un pequeño bol de frutas, un café, un zumo de naranja y en una esquina un vaso grande de color rosa con cierre hermético. Eso llamó mi atención y lo cogí con mis manos, curiosa.

Te tocará llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora