Te tocará llorar.

¡Sorpresa!

Narra Khalessy.

-¿Falta mucho, chicas?- mi voz salió con cansancio.

-Sólo cinco minutos más.- canturreó Kiara.

-Eso dijisteis hace más de quince.- la molestia comenzó a teñir mi voz.

-Oh vamos, deja de quejarte, esto te va a encantar.- la voz de Keyla mostraba emoción.

-Como sea.- respondí con pesadez.

Seguí dejándome guiar por al menos 15 minutos más, comenzaba a desesperarme, no imaginan que tan incómodo es caminar con los ojos vendados aferrados a alguien.

-¡No pienso dar un paso más!.- aseguré enfadada.

-Bien.- respondieron ambas al unísono.

-¿Bien?- mi pregunta reflejó mi confusión.

-Si, ya estamos. Espera aquí un minuto.- las manos de Kiara soltaron mis hombros, mientras escuchaba como ambas se alejaban al trote.

-Pero... ¿chicas?- no hubo respuesta y suspiré frustrada.

Después de un par de minutos pude distinguir muchos pasos acercarse hasta a mi, y debo admitir que eso disparó mi ansiedad, los pasos se sentían cada vez más cerca y casi por reflejo puse mis manos sobre la venda de mis ojos.

-¡Quieta! Los vas a estropear todo.- la voz de Keyla sonaba irritada, dejé caer mis manos a ambos lados de mi cuerpo y resoplé.

-Bien, a la de tres te quitas la venda ¿está bien?- Kiara sonaba tan emocionada que por instinto una sonrisa adornó mi cara.

-¿Cuanto tardais en contar?- mi voz salió con burla y pude escuchar como ambas suspiraban.

-¡UNO!- Keyla casi gritó en mi oído y fruncí el ceño.

-¡DOS!- Esta vez era Kiara, su voz aguda taladró mis tímpanos.

-Y... ¡TRES!- Esta vez fueron muchas voces, algunas no las podía reconocer.

Quité la venda de mis ojos con cuidado y con expresión de confusión. Frente a mi, en primera fila estaban Ryan, Shannon, Melissa, Kiara, Keyla, Stefan y mi hermoso mate, Logan. Tras ellos, todos esos vampiros que fueron invitados a la famosa fiesta en la que fui secuestrada, todos ellos inclinados, a modo de reverencia.

Lo que más me impactó es que nuevamente estábamos en la mansión de West y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo ante aquellos recuerdos. Todos sonreían y me miraban como si estuvieran frente a una de las 7 maravillas, excepto Melissa, que se encontraba con su total atención en su teléfono.

Sonreí al resto y pedí a los invitados vampiros que se levantaran. Todos ellos pasaron frente a mi, agradeciendome, algunos de ellos incluso con lágrimas en los ojos, aquella imagen hizo que mi corazón se agitase. Cuando acabé con los invitados, me acerqué feliz a mis amigos.

A lo lejos pude divisarlos entrando a la mansión de West, sus padres los recibían en la entrada con una gran sonrisa y un efusivo abrazo, esa imagen me hizo sonreír. Caminé hacia la entrada con una gran sonrisa para ellos. Al verme sus caras se iluminaron, Hanna extendió sus brazos y caminó hacia mi con un paso apresurado.

Le devolví el abrazo gustosa mientras podía ver a James acercarse en mi dirección con una radiante sonrisa. Hanna me soltó suavemente y James me tomó entre sus brazos, transmitía preocupación y podía entender por qué.