Desconocido.

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Me desperté por culpa de una punzada de dolor en mi cuello. Definitivamente no había sido una buena idea eso de acampar en la sala, tardé varios minutos en poder levantarme sin gemir de dolor. Rápidamente mire la hora, bien, aún quedaban 2 horas para que empezaran las clases, caminé hacia el baño en "modo zombi" y me di una ducha rápida. Ya que iba a estar sola, caminé completamente desnuda hacia mi habitación. Abri el closet y me puse esto:

Me dirigí a la cocina y esta vez la punzada de dolor fue en mi pecho, extrañaba a Ryan, estaba acostumbrada a entrar en la estancia y él ya estuviese ahí, preparando el desayuno, recibiendome con su gran y hermosa sonrisa, un suspiro de nostalgia ...

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Me dirigí a la cocina y esta vez la punzada de dolor fue en mi pecho, extrañaba a Ryan, estaba acostumbrada a entrar en la estancia y él ya estuviese ahí, preparando el desayuno, recibiendome con su gran y hermosa sonrisa, un suspiro de nostalgia escapó de mis labios. Vale, tal vez estaba siendo dramática, no hacía ni 24 horas que se había marchado, pero... él siempre estaba, siempre había estado y que ahora no estuviera era... extraño, y triste. Era tristemente extraño.

Suspiré pesadamente caminando hacia la nevera, más me valía darme prisa en preparar el desayuno, si quería llegar a tiempo a clase. Mi mente vagaba sobre que podía prepararme, nada de lo que pudiese hacer se compararia con los deliciosos hotcakes de Ryan, maldito Ryan, ¡lo extrañaba! ¡lo quería de vuelta! Solte un gruñido de resignación. Al abrir la nevera mis ojos se dirigieron a un tupper de color rosa chillón, sobre él había una especie de nota, frunci el ceño contrariada y saqué el tupper de la nevera, lo coloqué sobre la encimera y me dispuse a leer la nota:

Mi pequeña tonta ¿acaso creías que me iba a olvidar de ti y de tu desayuno? Te he dejado hotcakes, tus favoritos, el chocolate está en el armario, hay para estos dos días, sólo tienes que calentarlos, te quiero, mi pequeña princesa.

Instintivamente una sonrisa asomó en la comisura de mis labios, él no me había olvidado, él también me extrañaba y se preocupaba por mi aún que no estuviera. Guardé la nota en el bolsillo de mi chaqueta. Cogí un plato para servir y calentar mi desayuno y serví el chocolate sobre la mesa, cuando estaba a punto de empezar a comer el timbre de la puerta principal me hizo sobresaltar. Enserio odiaba que interrumpieran mi desayuno, ciertamente odiaba literalmente todo cuando me acababa de levantar, excepto a Ryan... un pequeño puchero asomó en mis labios. Me dirigí hacia la puerta y al abrir lo primero que vi fue su hermosa sonrisa.

-Oh dios... esto es raro.- me miraba de arriba a abajo con confusión.- enserio creí que tendría que hechar la puerta abajo para subir a despertarte.- no pude evitar reír.

-¿Enserio? Después de días sin ver a tu supuesta mejor amiga ¿eso es todo lo que se te ocurre decir?- pregunté en tono burlón, cruzando mis brazos bajo mi pecho. Sus ojos se abrieron como platos.

-¡JURAME QUE NO LEISTE EL MSJ DE KEYLA!- gritó de pronto, medio histérica. Lo había olvidado por completo.- Juralo Khalessy.- dijo pausadamente, un poco más calmada y mi cara de confusión se lo dijo todo.

Te tocará llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora