¡Lo mataré!

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Narra West.

No podía sacarme de la cabeza la forma en la que mis padres me acababan de avergonzar ¡por dios... casi la beso! ¿Acaso perdí la cabeza? Eso estaba mal... ella encontró a su mate... Logan es un buen chico, sabrá hacerla feliz. Se nota que la quiere con locura y yo... no me interpondré.

De acuerdo, debo admitir que aún que ella no se haya dado cuenta de ello... yo sí noté que es mi "tua cantante" suele ocurrir con hibridos de dos especies sobrenaturales, suelen tener un "mate" de cada una de esas dos especies, aunque por lo general, solo suelen dar con uno de ellos a lo largo de sus vidas..

Además... ella estaría mejor con Logan. Yo... soy un idiota, si, lo soy. Cuando me gusta una chica me comporto como un completo idiota... soy algo así cómo un niño de cinco años que tira de las trenzas a la chica que le gusta. Ese soy yo ¿qué más podría hacer? Ella se merece algo mejor.

Perdido en mis pensamientos mis ojos chocaron con su larga melena, aún de espaldas podía sentir que era ella, se veía sexy con ese atuendo. Sus ojos volaban por toda la habitación, seguro que buscando a mis hermanos, la gente la miraba y susurraban entre ellos, eso la hacía sentir incómoda.

Se veía frágil y perdida, era lo más tierno que había visto en mi maldita vida. Caminé hacia ella, dispuesto a aliviar su malestar, a medida que me iba acercando mi corazón se aceleraba y se me secaba la boca, enserio iba a ser complicado olvidar a esa chica, pero eso era lo correcto.

Estaba seguro que de igual manera... ella preferiría a Logan por que él... "iri in libi cimi illi" vale, eso fue inmaduro pero... ya les dije, un niño de cinco años... aún que ella fuese híbrida se veía que se sentía más cómoda con lobos, se había criado con ellos, no era de extrañar...

Al llegar a su espalda, un plan malévolo cruzó mi mente, le daría un pequeño susto. "Y ahí está otra vez el niño de cinco años, tirando de las trenzas a la chica que le gusta" pensé y rodé los ojos ante mi estupidez. Agarré firmemente su brazo, sin previo aviso, eso la hizo dar un pequeño salto y mirar mal mi agarre.

Al elevar sus ojos, soltó una gran bocanada de aire que estaba retenida en su garganta. La miré divertido, alzando mis cejas y media sonrisa se dibujó en mi cara, resopló fastidiada, sabía que la había asustado, pero también la conocía lo suficiente para saber que no lo admitiría.

-Tranquila lobita, aquí estás segura.- comenté notando su incomodidad.- Sólo están sorprendidos de que estés aquí, seguramente ellos tienen más miedo que tu.- aseguré guiandola a través de la multitud.

-Oh claro... seguro que ese montón de vampiros están aterrorizados de una pequeña chica.- susurró más para si misma y no pude aguantar una carcajada, era linda y divertida.

-Tranquila, no dejaré que te ocurra nada.- mi confesión la sorprendió. Abrió sus ojos como platos, mirándome insegura.

-Cuando eres amable, pareces un anuncio de perfume. Me asustas.- dijo mirándome con los ojos entre cerrados y juro que no entendí su referencia, pero volvió a hacerme reír.

A lo lejos estaba Kendra hablando animadamente con algunos chicos de nuestro antiguo clan, Khalessy ya había notado su presencia y sonreía como boba, casi admirando supongo que su atuendo, aún que sea mi hermana... debo admitir que, solo a veces y cuando usa kilos de maquillaje, se ve Bonita.

La guié hacia ella, aun sujetándola del brazo, no me apetecía nada soltarla. Al llegar a su altura Kendra me miró confundida, sabia que odiaba a esos chicos y aún no había reparado en la presencia de Khalessy, cabe recalcar, que mi hermana es un poco lenta.

Te tocará llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora