Te tocará llorar.

El plan.

Narra Khalessy.

En ese momento la estancia se cargó con la gran presencia de Hanna. Ella era una mujer infinitamente hermosa.
Lucía un vestido largo y negro, con una abertura en el muslo. Su cabello castaño estaba recogido en un elaborado moño y sus tacones dorados a juego con su bolso resaltaban.

Sonrió al vernos. Iba acompañada de Kendra, que mantenía su vista fija en el suelo y estaba ligeramente sonrojada, probablemente por lo que había presenciado unos minutos antes.
Me dirigió una sonrisa tímida y caminó junto a su madre hasta la mesa. Ambas tomaron su lugar.

Kendra lucia un vestido verde agua, ajustado hasta la cintura y suelto en la zona de la falda. Con unas sandalias doradas.

-Buenos días Khalessy, estás hermosa.- comentó dando un pequeño apretón a mi mano.

-Buenos días Hanna, tú también luces increíble.- sonreí mientras me servía una taza de zumo de naranja.

-Hola.- murmuró Kendra que apenas levantaba la vista de su plato.

-Buenos días chica.- respondí animadamente.- no tienes buen aspecto.- bromee y ella alzó su vista, sonriente.

-Ya vamos a comer.- sentenció James tomando un par de rebanadas de pan tostado.

-Parece que llego justo a tiempo.- la voz de Ryan me hizo voltear hacia la entrada y sonreí ampliamente. Él no iba especialmente arreglado. Lucia unos vaqueros rasgados y una camiseta blanca ceñida, un atuendo muy casual que resaltaba sus músculos.