Through The Lock © [Completa]

El peligro está cerca

Andy, perseguido por la incertidumbre acerca de quién le enviaba esas notas, decidió indagar un poco más con la sonriente pero sin dudas extraña vendedora.

-¿Y tú te llamabas...? -preguntó mirandola con sospecha.

-Soy Felicitas, ya te lo había dicho -pronunció sin quitar esa sonrisa perfecta de la cara; sus mejillas debían doler como el infierno.

-Bien, Felicitas, entonces... -se cruzó de brazos-. ¿Cómo sabes eso? -entorno los ojos, observando directamente a los ella.

-Bueno, también asumo que vivies en el piso 3...

-¿Y tú que sabes? -se exaltó ante la exactitud de sus asunciones.

-Andy, déjala -dijo Sam tirandole de la ropa, queriendo evitar cualquier tipo de enfrentamiento.

-La respuesta a eso es muy sencilla -comenzó a hablar la jovencita que ahora no lucía tan sonriente.

-Explicate... -insistió Andy siendo comido por la mirada de <vámonos de aquí> del portero.

-Está bien -suspiró Felicitas-. Mi hermano me llamó hace algunas horas, quejándose de que no podía estudiar por el ruido que provenía de abajo. Él vive en aquél edificio, piso cuatro -señaló con el dedo el edificio de enfrente, y ambos chicos giraron un momento para ver: era el edificio de Andy.

-¿Y por eso supusiste todo lo otro? -contestó Andy ahora más asustado.

-Deduje que el ruido provenía del piso tres, porque solo hay un apartamento por piso, entonces, miré hacia el edificio mientras hablábamos por teléfono, me sorprendió no ver al portero, que suele estar allí todo el tiempo. Pero, ¡oh casualidad!, los veo salir juntos un rato después -explicó-. Por eso supuse que él estaba contigo, y que tú vives en el apartamento tres -señaló a Andy con el dedo-. Porque es debajo de el apartamento de mi hermano. Y supuse que estaban juntos allí haciendo "ruido" -rió pícara y Andy hizo una cara de espanto-. Es por eso que pregunté si son pareja... -apoyó relajada las manos sobre el mostrador y sonrió de una manera que casi daba miedo.

-Okay, demasiadas suposiciones -dijo Sam tironenado a Andy del brazo para salir de allí.

Andy hizo caso a su insistencia y salieron del negocio.

-¡Que tengan un lindo día! -gritó la vendedora con una enorme sonrisa en su rostro.

Algo espantados por las tantas suposiciones de esa tal Felicitas y su minuciosa forma de seguirles los pasos, cruzaron la desolada calle e ingresaron al edificio.

-Andy, no te quedes mal con lo que pasó allí, te veo alterado -dijo Sam preocupado al parerse frente a él en la recepción y al notar su expresión de espanto.

-¡Es que!, ¡es que! -dijo Andy frenético mirando al suelo.

Sam se acercó a él y lo abrazó. Andy finalmente se quedó quieto, siendo apretado por esos brazos que en ese momento eran su única contención; sintiéndose protegido por él.

-¿Quieres dormir conmigo hoy? -preguntó sin pensar demasiado-. No quiero dormir solo, tengo miedo.

Y lo admitió por primera vez...

Miedo.

Sentía miedo.

Intentó soportarlo y luego ocultarlo, pero cuando se dió cuenta de que podía estar siendo observado de cerca, entro en pánico.

-Dormiré contigo cuantas veces me lo pidas... -Sam le acarició el cabello con el dedo pulgar mientras lo presionaba contra su pecho. Y Andy suspiró profundo y cerró los ojos relajándose de a poco, respirando su perfume.

Se separó de él para verlo a los ojos.

-Entonces te veo luego en mi apartamento... -dijo más calmado.

-Subiré cuando termine mi turno -Sam le sonrió con la boca cerrada y lo saludó con la mano mientas él subía las escaleras.

Pero Andy no dejó de pensar en lo extraña que era esa muchacha y se dió cuenta de que, desde allí enfrente, sería fácil para ella seguirle los pasos, e incluso cruzarse a dejar notas... Pero, ¿por qué lo haría? No la conocía y ella a él tampoco, no había, literalmente, ningún motivo por el cual ella quisiera molestarlo de esa manera. O al menos uno que Andy conociera...