Mentiras.

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Corrieron silenciosamente en su dirección, procurando esconderse detrás de algunos autos y árboles.

Lo siguieron por tres cuadras, hasta que se paró en una esquina, tomó su celular y recibió una llamada. Luego de unos minutos, guardó el celular en la mochila y caminó con prisa. Lo siguieron por dos cuadras más; sus piernas tonificadas iban a toda velocidad.

-¿Crees que le falte mucho? -preguntó Sam apoyando cansado sus manos sobre sus rodillas.

-No es hora de holgazanear -contestó Andy y continuó con su persecución, mirándo a Jason desde la vereda de enfrente, detrás de unos autos estacionados.

-¡No es mi culpa que él sea tan rápido!

-¡Shh! -le cubrió la boca-. Espera... -se frenó a mirar a su alrededor-. ¿Por qué éste lugar me parece conocido?

Sam tomó aire para recuperarse.

-Estamos cerca de tu apartamento Andy, quizás por eso.

-¿Y por qué se está acercando a mi apartamento? -frunció el ceño y siguió caminando. Su corazón de aceleró de repente.

-Pues no tengo ni idea, por eso lo seguimos -caminó detrás de Andy.

Tres cuadras más adelante lo vieron doblar en la esquina. Esa esquina que sabían muy bien a donde conducía...

-¡Va a entrar a mi edificio! -gritó Andy en voz baja. Lo siguieron con la mirada. Se dirigía directo al edificio.

-¿Pero qué va a hacer alli? -preguntó Sam exaltado.

-Quizás va al apartamento de Jack, o quizás va a buscarme porque ya se desocupó, o quizás... -se detuvo en seco cuando vió a Jason ingresar, pero no en su edificio, sino justo en frente.

-La tienda de dulces -dijeron al unísono y se miraron confundidos.

-Quizás solo quería unos dulces... -dijo Sam rascándose la cabeza.

-Pues no lo creo, alguien nos envió notas horribles Sam, y descubriré quién es. ¡Vamos a interceptarlo! -insistió cruzando la calle, directo a Candy Cane.

Caminó con seguridad y a paso rápido, mientras que Sam lo seguía algunos pasos detrás. Ingresó a la tienda con toda la intención de enfrentarse a Jason y exigirle la verdad, pero cuando abrió la puerta, se encontró con un lugar vacío.

-¿Hola? -su voz hizo eco en el lugar.

Ambos chicos se tomaron de las manos para recorrer la tienda sigilosamente, observando todo lo que había en ella.

-¿A dónde se fué? -susurró Sam.

-¿Tú también lo viste entrar aquí, verdad? No estoy demente... -en sus labios se marcó una sonrisa nerviosa.

-Claro que lo vi. Quizás deberíamos irnos de aqu...

-¿Llevarán los dulces de siempre?

Ambos chicos se asustaron y votearon rápido en dirección al mostrador. Felicitas estaba allí parada, como si siempre lo hubiera estado, luciendo una gran sonrisa impecable y poniéndose en las manos unos guantes de látex para servir los dulces.

-Hola, Felicitas -pronunció Andy y tragó saliva; ella no lucía para nada como la chica que estaba a los golpes el otro día. Ahora lucía tan felíz, que parecía que alguien la estuviera amenazando a punta de pistola para que sonría-. No, de hecho, creímos ver a Jason entrar aquí, y me preguntaba dónde se encuentra... -volteó en todas direcciones sintiéndose observado.

La sonrisa de Felicitas se borró en un instante y entonces giró los ojos con pesadez.

-¡Te dije que fueras cuidadoso! -gritó aún mirando a Andy-. Te vieron entrar...

Through The Lock © [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora