Andy se levantó de la cama cubriéndose con la sabana. Miró a Sam y luego caminó hacia la puerta.
—¡Ya voy! —gritó. A pesar de los últimos días sentirse perseguido por las notas anónimas, no fué eso lo que realmente lo asustó. Creía tener una idea de qué se trataba con tan solo escuchar la forma en la que la puerta fué golpeada. Observó por la mirilla.
—¿Quién es? —susurró Sam sentado en la cama, cubriéndose con las mantas—. Dime que no es...
—Mi padre —contestó serio entrando en pánico—. Recoge tu ropa y escóndete en el baño —corrió a levantar las mantas y los almohadones que se encontraban en el suelo—. ¡Ya voy! —repitió.
Vió a Sam salir disparado de la cama, recoger su ropa del piso y correr desnudo al baño. Su trasero se veía mientras corria, y Andy rió. Se vistió y respiró profundo frente a la puerta antes de abrirla.
—Hola —dijo al abrir. Poniendo la cara que ponía cuando quería encubrir algo, había mentido, o tenía un secreto. Y la cual no había sido la mejor elección entre sus muchas caras, ya que su padre a esa la conocía de memoria.
—Hola hijo, ¿Puedo pasar? —preguntó serio.
Andy checo discimuladamente que no hubiera nada sospechoso antes de dejarlo pasar.
—Pasa...
—Te he enviado miles de mensajes y llamadas... Me preocupé porque no contestabas.
El comisario observó el apartamento de arriba a abajo, de esquina a esquina, el techo y el piso a detalle, con el ceño fruncido y su típica parada de policía que hace una inspección.
Andy se paraba detrás de él con una mueca de nerviosismo. Si conocía bien a su padre, sabía lo que sucedería en un instante:
—¿A dónde está? —Charles sonrió cínico.
—A donde está qué cosa... —se rascó la nuca y sonrió falsamente.
—Andy, estuve parado afuera de tu puerta por casi diez minutos —lo miró levantando las cejas—. Y estaré gordo y un poco ciego, pero los oídos me funcionan muy bien.
El rostro de Andy se deformó. Abrió los ojos bien grandes y comenzó a recordar todo el ruido que habían hecho en los últimos diez minutos. La cama contra la pared, los quejidos, las risas...
Tapó su boca con sus manos sin poder cerrar su boca. ¿Cómo se atrevía su padre a entrometerse de esa forma? Ya era mayor de edad. Tenía ganas de empujarlo fuera del apartamento, pero en vez de eso...
—Sal del baño por favor... —gritó Andy enojado y serio, con sus manos en su cadera. Mirando a su padre fijamente, y observando como esa pequeña sonrisa ganadora y altanera se plantaba en su rostro.
La puerta del baño se abrió lentamente y de atrás de la puerta asomó una cabeza. Sam caminó tímidamente, con su ropa puesta, hacia ellos. Mantuvo la cabeza agachada dispuesto a recibir un golpe o un insulto del comisario.
Charles pareció sorprenderse al ver al portero. Como si en realidad esperara que otra persona saliera de ese baño. Quizás esperaba a Jason. Seguramente no podía creer que quien salía de alli era el mismo que le había abierto la puerta abajo unas horas atrás.
Sam se posicionó junto a Andy y levantó su mirada hacia el comisario. Andy miró a Sam: una sonrisa pícara claramente amenazó con salir de su boca, pero se contuvo.
—Con que es un "él" —pronunció Charles con la voz afectada. Observó al portero de arriba a abajo mientras los rodeaba a paso lento, como si lo estuviera interrogando por algún delito.
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Through The Lock © [Completa]
Mystery / ThrillerUn joven amable llamado Andy se muda a un pueblo remoto en busca de libertad. Pero este nuevo lugar, que aparenta ser acogedor y de gente agradable, repentinamente se torna un laberinto sin salida cuando comienza a recibir notas extrañas de un anóni...