Donde sea que vayas

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Luego de veinte minutos caminando a lo largo de una calle desolada lograron encontrar un restaurante abierto cerca del hotel. Se llamaba "Buena vibra", pero de buena vibra no tenía nada. De hecho, en comparación, el restaurante italiano de su ciudad lucía como una fiesta. Éste estaba vacío, algo sucio y avejentado, pero fué lo único que encontraron abierto.

Andy aprovechó ese tiempo con Jason y Felicitas para observarlos de cerca. Para ver si, sin querer, alguno decía algo sospechoso con respecto a las notas. Pero, ¿cómo podía sospechar de Felicitas con esa mirada de niña tierna? Y Jason lucia una sonrisa de oreja a oreja mientas atacaba esa hamburguesa.

Andy negó con la cabeza; quizás su paranoia lo estaba llevando demasiado lejos al sospechar de sus nuevos amigos.

—Éste lugar es una mierda, pero la hamburguesa está buenísima —pronunció Jason con la boca llena, mirando hacia los costados, procurando que el mesero viejo y con cara de ogro no lo oiga.

Felicitas rió ante su comentario y metió otro bocado a su boca.

—Es verdad —Andy asintió con una sonrisa; al fin su estómago se estaba llenando.

—¿Qué haremos luego? —preguntó Felicitas bebiendo un trago de coca-cola y mirando a su novio con una enorme sonrisa.

—Espera un segundo... —el celular de Jason sonó en su mano y él lo contestó rápidamente, levantándose de la mesa y metiéndose a uno de los baños para hombres del restaurante.

Ni bien él cerró la puerta, Felicitas borró su sonrisa y la cambió por un suspiro desganado y un gesto de aburrimiento.

Andy frunció las cejas. ¿Por qué ese repentino cambio de humor?

—¿Está todo bien? —preguntó discimuladamente.

Felicitas tragó saliva, se incorporó en su silla y lo miró de cerca.

—Es que... —tomó aire—. No, olvídalo.

—No dime, estamos en confianza —Andy aprovechó para indagar más.

—Bueno... resulta que Jason, así como lo ves... —tomó aire nuevamente, como si le costara hablar de eso, y lo exhaló con pesadez—. Él me obliga a...

—¡Te dije que eso no pasaría! —Jason gritó tan fuerte en el baño, que se escuchó hasta la mesa donde estaban sentados.

Andy y Felicitas fruncieron en ceño al oírlo. ¿Me obliga a qué?, pensó Andy intrigado. Pero no dejó pasar la oportunidad de preguntarle a Felicitas sobre su extraño comportamiento:

—¿Qué decías? —insistió.

—Nada, olvídalo. Iré a ver qué pasa —contestó ella rápidamente.

—¡No, no! Deja, iré yo —Andy se levantó de la mesa.

—No hace falta, yo iré.

—Termina tu hamburguesa tranquila —Insistió y sonrió falsamente caminando hacia los baños.

Se acercó a la puerta del baño de hombres y se apoyó sobre ésta para oír la conversación.

—¿Por qué razón crees que es sospechoso? No lo es, no diré nada. Además, pudimos ser nosotros como cualquier otro, estamos cubiertos... ¡Dios mio Giussepe, nadie sospecha de ti, pensarán que fué una coincidencia! Además ahora ya es muy tarde, ya estamos aquí... No, no hagas eso. ¡Me meterías en problemas! ¡Giussepe! ¡Mierda! —se lo escuchó gritar y luego golpear la pared.

Andy tragó saliva y esperó unos segundos más.

—¿Está todo bien allí dentro? —gritó fingiendo no haber escuchado nada, pero sus manos temblaban dentro de los bolsillos de su saco gris.

—Em... ¡Si, todo bien! —contestó Jason en un tono alegre—. ¡Enseguida salgo!

—Bien...

Regresó con un temblor en el cuerpo que le impedía pensar con claridad. Llegó a la mesa y se sentó. Qué mierda acabo de escuchar..., su corazón se aceleró a mil latidos por segundo. Ahora si, estaba completamente paranoico. Decidió fingir una sonrisa hasta que Sam llegara al día siguiente.

Felicitas le preguntó qué sucedió en el baño, y él pretendió no haber escuchado nada al decirle con una falsa sonrisa que se distrajo leyendo mensajes de Sam en el celular. Luego lo tomó de su bolsillo y texteó:

Andy 12:03 pm
Sam, ¿no puedes adelantar tu viaje? Esto se puso algo extraño. Te necesito :(

Sam 12:04 pm
¿Estás bien? ¿Que sucedió? Aún estoy en mi turno. Saldré hacia allá ni bien termine. Debía trabajar mañana, pero es mala idea dejarte dormir allí solo. Diré que tuve una emergencia familiar.

Andy 12:04 pm
¿Enserio harías eso por mi? 😍🔥 Eres el mejor. ¡Gracias, gracias, gracias!

Sam 12:05 pm
Sí. Además ya me acostumbré a dormir contigo...

Andy mordió su labio junto con una sonrisa pícara al leer el último mensaje. Luego se relamió y pensó en qué contestar.

Andy 12:07 pm
Estoy ansioso 😘

Sam 12:08 pm
🔥🔥🔥😍😍

—Parece que alguien está enamorado —Andy dió un respingo al escuchar la voz de Jason. Levantó la vista del celular y Jason se sentaba frente a él, y lo miraba con una sonrisa pícara.

Andy guardó el celular y sonrió falsamente. Sus manos aún temblaban un poco.

—Me gusta. Mucho.

—Es notable —agregó Felicitas—. Digo, por tus mejillas.

Jason golpeó con delicadeza el hombro de su novia y chasqueó la lengua.

—¡No lo molestes! —dijo risueño—. Tú también te pones roja cuando piensas en mi —Jason se acercó a ella y dejó un tierno beso en sus labios, y Felicitas enrojeció al instante.

Andy lo observó con detenimiento: parecía una persona completamente diferente a la que había escuchado insultar y golpear la pared en el baño. Decidió que si quería pasar desaparecido, debía actuar como si nada sucediera.

—¡Eres tú la que se pone roja! — Andy rió y señaló a Felicitas.

—¡Es cierto! —Jason rió en complicidad con Andy y chocaron las manos. Por momentos, y si alguien no estuviera acosándolo con esas extrañas notas, Andy juraría que aquellos dos serían sus mejores amigos.

Pagaron la cuenta y salieron del restaurante directo al hotel para ducharse y tomar una siesta. Comenzaba a lloviznar y no tenían demasiado que hacer en esa extraña ciudad más que dormir un buen rato.

Se despidieron en el corredor frente a sus habitaciones, arreglando que se verían en un rato para cenar.

Andy entró a su rosada habitación y quiso cerrar la puerta con llave, pero ésta giró en falso dentro de la cerradura. Estaba rota, que raro. Se rindió y pensó que esa noche debia dormir sin llave.

Dejó su saco gris sobre los pies de la cama y se dirigió hacia su valija para tomar algo de ropa; una buena ducha caliente lo relajaría un poco hasta que Sam llegara.

Abrió el cierre y revolvió su ropa, tomó una camiseta blanca, un jogging gris, y un... ¿papel?

Agarró el pequeño papel blanco doblado en dos partes de entre la ropa y lo observó con espanto.

No. No. Y no. Otra nota no.

Cerró su mano con fuerza, arrugando el papel, y exhaló con temor todo el aire de sus pulmónes. Cerró los ojos y pensó unos segundos. Volteó rápidamente para ver detrás suyo, sentía una presencia, pero era consciente de que era solo su paranoia jugando en su contra. Con su pulso acelerado abrió el puño y lo leyó sin más.

"No importa a dónde vayas, tus errores te persiguen :)"

Leyó, y luego arrugó con rabia el papel y lo lanzó al suelo. Tomó la ropa y se metió al baño. Sus manos temblaban, su piel se erizó por una oleada de frío repentina, y su estómago se encogió por el miedo.

¿Quién sería tan insistente para seguirlo a dónde fuera?

Through The Lock © [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora