໒❛ 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘, 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈

Capítulo siete

El muchacho teñido de castaño tenía su mirada perdida en algún punto de la sala, vestía una camisa blanca por debajo de un cardigan beige, un pantalón de mezclilla algo desgastado y sus converse viejas. Iba a salir con sus amigos pero mientras tanto se encontraba escribiendo una canción en su libreta, había tenido una crisis durante la noche y llevaba rato queriendo escribir sobre eso.

Paul se encontraba cambiando las cuerdas de la guitarra de John en el sillón individual frente a su hijo, parecía estar distraído con eso, por tanto no alzaba la voz para preguntarle que podría escribir o cambiar para no sonar tan duro en cada párrafo que escribía.

Su padre empezó a tocar notas bajas que llamaron su atención, se quedó en silencio varios segundos solo escuchando como el mayor tocaba dichas notas antes de carraspear un poco.

-. I kinda wanna throw my phone across the room... 'Cause all I see are girls too good to be true with paper-white teeth and perfect bodies... Wish I didn't care... - Cuando su voz se dejó de escuchar, también los bajos en la guitarra de su padre, los orbes hazel se fijaron en el menor al instante.

-. Creí que las canciones serían más positivas, cariño. - Por obvias razones el menor no respondió en un principio, luego negó con su cabeza.

-. El profesor Rose dijo que serían para desahogarme. - Con eso claro, su padre asintió levantándose del sofá para dejar la guitarra a un lado, se acercó a su hijo agachándose frente a él con una sonrisa bastante leve en su rostro.

-. Hey, es muy buena, no te vayas a desanimar. - El tono del azabache fue suave y amable, a pesar de que su personalidad era un tanto difícil, con su hijo solía ser una masa llena de amor. -. Intenta regresar antes de la cena, Mimi vendrá a recogerte y te irá a dejar a la escuela el lunes, ¿De acuerdo?

-. De acuerdo, pá. - El mayor se levantó dejando un beso sobre los cabellos del menor, fue justo en ese momento que se escuchó el timbre de la casa retumbar en cada rincón.

El ojizafiro se levantó tras su padre dándole un abrazo rápido, fue hacia la puerta abriendola y encontrándose con la chica de mechones castaños, ella mantenía una sonrisa en su rostro a forma de saludo incluso cuando el menor salió de la casa cerrando la puerta tras él.

-. ¿Y Dave? - Llamó la atención de la muchacha que parecía estar bastante relajada, envidiaba la tranquilidad con la que se podía mantener en cualquier situación.

-. Ah... Dijo que lo pasemos a recoger, el suele practicar boxeo cerca del centro. - Se rascó la nuca, parecía estar ocultando algo y sabía leer bien eso debido a su experiencia con la gente maliciosa que se encargó de hacerle daño en años anteriores.

No iba a mentir, le aterraba un poco la idea de que fuera algo malo, de que los que creyó eran buenas personas y amigos estuvieran a punto de hacerle algún tipo de daño, aún cuando el profesor Rose le había dicho que aprendiera a confiar en quienes ofrecían su amistad sin buscar una retribución por ello.

Esperaron juntos en la parada un autobús y en cuanto llegó se subieron yendo hacia los asientos del fondo, la castaña empezó a contarle sobre un manhwa que había empezado a leer el día anterior, le pareció un poco interesante pero seguía estando alerta de que la situación no escalasea algo dañino o qué pareciera peligroso.

Se detuvo su platica cuando notó que la siguiente parada les dejaba frente al gimnasio donde solía ir su amigo de orbes oscuros, tomó al menor por la muñeca para jalarle hacia la puerta trasera del transporte y se bajaron en cuanto este se detuvo, por fuera el lugar tenía unos murales bastante bonitos y la puerta parecía también estar pintada para parecer de un acero bastante pesado, se acercaron a la misma y quién tocó fue la muchacha.

La misma se abrió dejando ver a un hombre de cabellos blancos de una edad algo madura, no tardó en reconocer a la ojiazul y les cedió el paso dentro del lugar, era un pasillo un tanto largo y al final se lograba ver el ring en una amplia habitación, en cuanto llegaron pudieron notar que Dave estaba entrenando aún con un hombre alto, pero muy alto, de espaldas se notaba su despeinada cabellera castaña.

La mirada del teñido fue hacia los demás presentes que solo eran otros tres hombres observando, casi pierde los colores al ver a su consejero de cabellos rojizos apoyado en el suelo con un gesto serio, parecía estar cansado y un par de gotas bajaban por su frente, a eso había que agregar que se encontraba sin camisa dejando ver los tatuajes en sus brazos de mejor manera. Tuvo un gay panic que le hizo ir con rapidez detrás de su amiga, ahora entendía porqué tanto misterio sobre el lugar al que se dirigían, a los pocos segundos vieron como su amigo iba hacia ellos con una sonrisa.

-. Hey, Tobi, ¡Kurt! - Recalcó el último nombre haciendo que el mencionado se encogiera un poco en su lugar mientras que del otro lado del ring, el pelirrojo iba subiendo y casi se tropieza al escuchar ese nombre.

-. ¿Ya nos vamos o todavía te falta? - Se intercambiaron una mirada cómplice antes de mirar a su nuevo amigo que intentaba que la tierra le tragara y le escupiera en Japón.

-. Solo voy a tomar mi revancha y podemos ir a almorzar. - Aseguró con un gesto victorioso e inflando su pecho como si su triunfo estuviera asegurado.

-. En tus sueños, niño Ghrol. - Aseguró el pelirrojo haciendo que el menor le volteara a ver, en realidad los tres menores le habían volteado a ver.

El castaño de orbes oscuros se había preparado por varias semanas para ese momento, incluso el colorín sintió cierta pena y había pensado en dejarle ganar un ring para no verle desanimado, sin embargo hubo un cambio de planes al momento en que vio al chico de ojos color zafiro. ¿Por qué? No lo sabía, solo quería impresionar a un mocoso que seguro debía estar pensando en que hacer de su vida y no en romances.

Aunque se equivocaba, el teñido se había sentado en el banco que se encontraba tras él junto a su amiga y su mirada era fija en el ojiesmeralda, era demasiado atractivo para no verlo, su abdomen ligeramente marcado, sus brazos, su cabello despeinado y como su pecho subía y bajaba de forma irregular por el cansancio.

En menos de una semana se había visto conquistado por aquel hombre de hermosas facciones.