Capítulo tres

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Algo asustado pero dispuesto se levantó despidiéndose de sus nuevos amigos adentrándose al salón junto con el hombre de cabellos rojizos, era bastante ordenado, el escritorio estaba al centro de las cuatro paredes y tras este había una mini biblioteca y un mueble con cajones que parecían tener unas etiquetas.

Se sentó en la silla frente al escritorio mirando los cuadros que estaban en las paredes, en su mayoría eran de grupos de alumnos ya graduados, eso indicaba que también era maestro y había estado con al menos dos o tres promociones.

—. De acuerdo, Kurt. Tu padre Paul dijo que estuviste muy deprimido durante las vacaciones y que hiciste cosas... extrañas para desahogarte, ¿Es cierto? — El ojiesmeralda se sentó tras su escritorio mirando al menor.

—. ¿A qué se refiere con extrañas? — Formó una mueca de confusión mirando al hombre de mayor edad, no sabía que ya había conversado con su padre sobre lo sucedido en vacaciones.

—. Dijo que lanzaste tu computadora por la ventana de la casa y que rompiste tu televisor de la habitación con una de tus guitarras. — Sonaba todavía peor viniendo de otra persona, también le sorprendía que al mayor no le inquietaran esas actitudes.

—. Bueno... si es verdad. — Confesó sintiendo su rostro arder de la vergüenza, lo había hablado con sus padres y ya se lo comentó por encima a sus nuevos amigos, pero Por qué le avergonzaba frente al consejero?

Quizás porque era un hombre súper atractivo y de porte pulcro el que estaba notando sus actitudes erráticas, viéndolo bien, era el tipo de hombre que llamaría su atención en la calle e imaginaría una vida entera a su lado aunque no lo viera de nuevo en su vida.

—. ¿Por qué? — Cuando le vio tomar una pluma supo que desde ahí ya había valido varias hectáreas de aparato reproductor masculino.

—. Lo del computador fue... porque estaba viendo Instagram y salieron varias publicaciones de unas ex compañeras que solían decirme que estaba muy gordo, constantemente me enviaban imágenes de cerditos a mi privado con mensajes que decían que regresara a la granja... En las publicaciones hablaban sobre el amor propio y body positive. — Explicó jugando con sus dedos de forma nerviosa al ver que el mayor empezaba a tomar apuntes.

—. Pero eres delgado. — Señaló con su pluma al joven teñido de cabellos castaños, al parecer tendría que hablar sobre eso también.

—. Bajé de peso pero no de forma saludable, había dejado de comer y solo hacía el almuerzo de vez en cuando, no sentía hambre ni nada. — Bajó su mirada al suelo al sentir los orbes verdes mirándole fijamente.

—. Bien, yo sé que esto es difícil, pero vamos a empezar con algo sencillo, ¿De acuerdo? ¿Has buscado alguna forma de desahogarte que no sea romper tus aparatos electrónicos?

—. No. — Se sentía muy abochornado por sus actitudes desesperadas para desahogarse, de verdad que habían mejores formas pero en ese momento no lo había pensado.

—. ¿Qué te gusta hacer?

—. Me gusta la música...

Se escucharon un par de pasos pero aún así no quiso alzarla cabeza aún, el sonido de los cajones siendo abiertos y cerrados inundó la habitación por varios minutos hasta que el pelirrojo regresó a su escritorio.

—. Kurt. — Le llamó logrando que alzara su mirada, el hombre extendió su mano con una libreta de colores vibrantes y llena de diamantina.

—. ¿Para qué es? — Empezó a creer que era un diario cuando la tomó, al abrirla estaba vacía, de ahí pensó que sería para escribir su propio diario. Lo que llamó su atención fue que las primeras tres páginas eran de calcomanías.

—. Quiero que escribas canciones para desahogarte, si quieres me las muestras y si no, no te voy a obligar pero quiero que siempre me digas que sentiste luego de escribirla. — Jugaba con su pluma esperando a que el menor mostrara alguna reacción.

Los orbes azules detallaban la libreta mientras que sus dedos pasaban por cada una de las esquinas, era tapa dura, hojas gruesas y adornos en cada página. Alzó la vista hacia el colorín sintiendo una especie de emoción y al mismo tiempo agradecimiento, nunca había escrito una canción pero podría intentarlo.

Sus padres eran buenos en eso, había tenido la oportunidad de leer las viejas libretas de ambos donde se escribían canciones para ellos, siempre le enseñaron sobre escritura y esas cosas, cómo expresarse con letras pero nunca lo había tomado como una posible opción para sus dolamas, como diría su tía abuela Mimi.

—. Bueno, si no funciona buscaremos otra manera, por eso no te preocupes. — Le aseguró levantándose de su asiento yendo hacia el menor para darle una palmada en su hombro junto a una sonrisa.

—. Entonces... ¿Cuándo debo volver? — Se quitó la mochila para ponerla sobre sus muslos y metió la libreta dentro de la misma para no perderla.

—. Pasado mañana, sin falta y traes tu almuerzo porque tendremos una conversación bastante larga sobre tu alimentación. ¿Has ido con el nutricionista? — No tardó en negar con su cabeza, había algo que le decía que podía confiar muchísimo en el pelirrojo. —. Le diré a tus padres que te lleven, tienes que empezar una dieta saludable, ¿Eres vegano?

—. Todos en mi familia somos vegetarianos, papá John empezó por papá Paul y cuando llegué con ellos me preguntaron si lo era pero la verdad es que no, en el orfanato me daban a comer de todo, empecé a ser vegetariano antes de mis vacaciones. — Creía que no era necesario especificar tanto pero ya lo había hecho y no tenía vuelta atrás.

—. Una dieta según tu alimentación, no sé si puedas recuperar peso pero debes buscar la forma en la que te sientas cómodo contigo mismo. — Caminó hacia la puerta siendo seguido por el de menor edad que se quedó de pie a su lado mientras colgaba su mochila de nuevo en su espalda. —. Si en algún momento demasiado grave necesitas mi ayuda pregunta en sala de maestros por el profesor Rose, siempre saben dónde estoy si es que no estoy aquí o ahí.

—. De acuerdo, hasta el miércoles, profesor Rose. — Se despidió agitando su mano y salió del salón cuando el pelirrojo le abrió la puerta dándole el paso, le observó por última vez antes de encaminarse por el pasillo hacia las escaleras.

A su lado pasaron dos maestras que le hicieron sentir un revoltijo en su estómago, eran realmente muy hermosas, una era la maestra de Biología, la señorita Seymour pero a la otra la desconocía en su totalidad.

¿Esas eran las compañeras del profesor Rose? ¿Cómo siquiera por un momento creyó que les haría competencia? Es decir, solo le pareció atractivo pero nada más, no debía preocuparse por eso... ¿O si? Su cabeza daba vueltas y solo quería encontrarse con sus padres para poder ir a comer con ellos.

໒❛ 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘, 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora