Capítulo diez

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El menor sostuvo su vaso con firmeza dandole pequeños sorbos a su malteada de chocolate, luego de la conversación con el psiquiatra se sentía un poco emocional e incluso algo sensible, pero muy aparte de eso, también poseía un buen ánimo gracias a las atenciones del profesor Rose.

El pelirrojo se había comprado en cambio un vaso de café bien cargado, estaban en el estacionamiento del centro comercial y la verdad era que Axl deseó comer con el menor en los comedores pero debido a su posición en el Instituto no podía, le compró una cajita feliz para que almorzara algo, aunque fue difícil logró terminar sus nuggets de pollo y luego continuó con la malteada.

—. ¿Tu tía puede llevarte al dentista? — Cuestionó dejando el café en el portavasos mientras le volteaba a ver.

—. Sí le digo que es importante, ¿Usted me traerá a las terapias? — El menor dejó el vaso entre sus piernas sintiendo unas ligeras náuseas revolviendo su estómago, no quería sentirse así, no de nuevo y estaba intentando retener su almuerzo lo más posible.

—. A las individuales puedo, si tú quieres, pero a las grupales tendrás que venir con tus padres, no tengas miedo de decirles cómo te sientes, ¿Si? Se ve que te aman y quieren ayudarte. — Extendió su mano dejando una ligera caricia sobre los mechones castaños, algo que llamó su atención observando más de cerca al menor fue el tono de sus pestañas y cejas. —. Eres rubio, no castaño, ¿Verdad?

Eso sorprendió al menor que alzó su cabeza mirando al mayor con dicho sentimiento bien marcado en sus facciones, le parecía extraño porque nadie más había parecido notarlo, a excepción de Saul pero él ya sabía que era rubio, obviamente, así que él no contaba en la lista.

—. Sí, me teñí antes de entrar a clases. — Bajó de nuevo su mirada al vaso jugando con la pajilla, por alguna razón eso solo logró revolver más su estómago.

—. Me gustaría verte rubio... — Las mejillas del ojiazul se pintaron de un suave carmín al escuchar el murmuro ajeno, una sonrisa bastante tonta curvó sus labios, eso se había sentido bastante bien.

—. Cuando se caiga el tinte, por ahora quiero tenerlo así. — El pelirrojo dio un pequeño asentimiento antes de acomodarse de nuevo en su asiento y colocarse el cinturón de seguridad.

—. De acuerdo, te llevaré a casa y hablaremos con tus padres. — Kurt no podía estar más nervioso, ya sabía que sus padres hablaban con Rose sobre él, principalmente por las crisis que solía tener pero nunca lo hacían frente a él.

Retomaron camino hacia la casa del menor, fue un poco largo debido al tráfico que empezaba a hacerse en las calles, lo cual era raro porque los domingos a esa hora no solía estar tan transcurrido como en los días de semana, el castaño solo podía mirar por la ventana mientras mordisqueaba su labio de forma nerviosa, casi ansiosa.

Axl estacionó frente a la viviendo de la familia del menor, no quería darle muchas vueltas al asunto, así que estuvo a punto de bajarse pero la mano del ojizafiro hizo que se detuviera volteando a verle, se preocupó al ver que parecía un poco ansioso.

—. Me da miedo lo que puedan decir, yo... Siento que los he decepcionado mucho. — Se sinceró apretando el agarre al brazo del pelirrojo, Rose se volteó en su lugar haciendo que soltara su brazo y ahora sostener su mano.

—. Créeme que no, eres un buen estudiante y un chico lleno de talentos, cualquier persona, sin importar qué, puede llegar a tener algún trastorno o problemas de salud mental, así que no van a estar decepcionados. Seguro te van a apoyar, solo mantén la calma. — Acarició el dorso del menor con delicadeza, su piel era como el terciopelo de alta costura.

—. Yo... ¿Puedo pedirle algo? — Murmuró sintiendo la vergüenza apoderarse de su ser, apretó sus labios bajando la mirada hacia el agarre de sus manos.

—. Claro, dime. — No estaba seguro de qué podría ser, también desconocía en su totalidad los límites del ojiazul, así que estaba intentando prepararse para decir que no o que sí.

—. ¿Me da un abrazo? — Sintió su corazón hacerse mil pedazos ante la forma en que el menor pidió eso, era una persona tan dulce, como cualquiera podría llegar a tener su carácter, pero lo que conocía de él era maravilloso.

Le jaló hacia él para rodear su cuerpo entre sus brazos, Kurt sintió tanto alivio cuando la calidez ajena envolvió su cuerpo, le transmitió esa paz que le venía faltando hace tanto tiempo. No quería soltarlo, no quería olvidar esa sensación que hasta ese día, nunca más la había sentido, no eran como los abrazos hogareños de sus padres, había algo más.

—. Ya es hora de hablar con tus padres, Kurt.

໒❛ 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘, 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora