Capítulo once

372 45 2
                                    

Los lunes eran horribles, pero tenían cierto buen ambiente cuando iba junto a su tía en el auto, la mujer le contaba todas las tonterías que su papá John hizo cuando era joven, sin mentir, eran cosas que podrían llegar a parecer muy hilarantes, se despidió de la mujer con un abrazo llenó de cariño y al adentrarse al instituto volvió aquel Kurt inseguro que no sabía cómo iba a pasar el día con tranquilidad.

Para su alivio, Tobi y Dave lo interceptaron en el pasillo, tuvieron un día demasiado cansado que casi ni pudieron hablar bien, tenían muchas tareas para la próxima semana y recién iban empezando, a la hora de salida, Cobain no estaba seguro si tendría que seguir yendo a consejería pero por si acaso fue al segundo piso.

Aparte del uniforme vestía un suéter y una bufanda porque el otoño ya empezaba, solo podía recordar como Dave le dijo a Tobi que su gorro parecía de señor jubilado que comía lentejas en el patio de su casa, se detuvo frente a la puerta al no saber qué era lo que iba a preguntar, estuvo a punto de tocar cuando esta se abrió dejando ver a Saul con un gesto de molestia.

—. Quítate, me estorbas, mierda. — La formó tan golpeada en que hablaba el moreno logró intimidarle haciendo que se encogiera en su lugar, si su abrigo o bufanda pudieran, habría deseado que le tragaran.

—. Hudson, espero no volver a escuchar que te refieres a Cobain de esa manera o te enviaré a dirección de nuevo. — La voz de Axl fue firme, eso logró intimidar un poco al de cabellos rizados que salió del salón casi echando humo.

El castaño se hizo a un lado para evitar una reacción secundaria, luego se adentró al salón con rapidez cerrando la puerta tras él, el pelirrojo se le quedó viendo sintiendo su corazón apachurrarse ante la adorable imagen que era el ojiazul con un abrigo de quizás dos tallas más y una bufanda de un color claro que combinaba con el uniforme.

—. Lamento eso, sigue insistiendo en que no quiere ver al consejero de la tarde y yo no quiero trabajar con él por muchas razones, en fin, ¿Sucedió algo? — Se levantó de su silla yendo con el menor que parecía un tanto inseguro de adentrarse más allá del lado de la puerta.

—. Venía a hacerle una pregunta, ¿Aún debo venir a consejería? O iré con el psiquiatra? — Metió sus manos en los bolsillos de su abrigo columpiándose en su lugar.

—. Aún no lo sé, Brian no me ha llamado... Pero si no quieres que tus padres se molesten o algo porque llegaste muy temprano, puedo invitarte el almuerzo. — Los orbes de tonalidad azul se iluminaron con un ligero brillo de emoción.

—. Claro, está bien. — Una sonrisa curvó los labios del ojiesmeralda que en realidad esperaba un respuesta negativa por parte del menor.

—. Bien, solo debo ir por mi mochila a la sala de maestros, vamos. — Le hizo una seña para que fuera con él antes de abrir la puerta y dejarle salir adelante de él.

Salieron uno tras el otro encaminándose por el pasillo hacia la sala, el pelirrojo le hizo un gesto de que le esperara ahí antes de adentrarse, Cobain se quedó de pie mirando hacia todos lados, sus orbes viajaron visionaros hacia el mural que estaba a un lado de la puerta, habían fotografías de todos los maestros, sus nombres y la materia en que se especializaban.

Se detuvo en la imagen de la señorita Seymour, era realmente hermosa, no sabía sentir celos o envidia por su atractivo físico, es que era hasta irónico, no le gustaba, solo quería ser igual de atractivo. Con su hermoso cabello castaño bien cuidado, sus ojos turquesa con un brillo especial, sus labios gruesos, su cuerpo bien trabajado...

—. ¿Por qué me miras? ¿Te gusto acaso? — La voz a sus espaldas le sacó de su trance volteándose de un brinco, frente a él estaba la mujer de mayor altura con una sonrisa en sus labios.

—. No, solo estaba viendo... — Aclaró desviando su mirada, se sentía aborchonado por estar en su momento de comparación donde se humillaba solo y siendo atrapado. —. Eso no quita que usted es muy hermosa, señorita Seymour.

A Stephanie se le apachurró el corazón cuando los orbes oceánicos se fijaron en ella, ¿Ese es el chico que trae tan mal a Axl? Con razón. Fue lo que cruzó su cabeza, era la cosita más adorable que había visto en su vida, ¿Cómo un maldito adolescente de diecisiete años podía ser tan tierno? La mitad de sus estudiantes parecían salidos de una película de terror.

—. Pero, ¿Te has visto en un espejo? Eres una cosita muy adorable, Axl tenía razón. — Las manos de la mayor fueron al rostro del teñido pellizcando sus mejillas y haciendo gestos como si estuviera tratando con un niño pequeño.

—. Stephanie, haces cosas raras, pero no sé, creo que manosear a un estudiante va más allá de lo raro. — Tras la castaña apareció el profesor McKagan, él le impartía la materia de Historia y solía ser bastante agradable.

—. ¿Qué haces? — La voz de Axl logró llamar la atención de los tres, Kurt sintió sus mejillas arder por la vergüenza cuando la mayor le soltó riendo con cierto nerviosismo.

—. No te preocupes, es todo tuyo, es solo que es muy adorable, si llegó a tener hijos quiero que se mantengan así de adorables. — Revolvió los mechones castaños del menor antes de adentrarse a la sala de maestros bajo la atenta mirada del ojiverde.

—. Cuando llegué ya lo había convertido en un slime, no me preguntes. — El rubio se encogió de hombros yendo detrás de su amiga y dejando solos al pelirrojo y al castaño.

—. ¿Te dijo algo? — Su mano se apoyó sobre el hombro del menor, éste negó con su cabeza porque no sabía exactamente a qué se refería la mujer con el Axl tenía razón. —. Bueno, debo pasar a mi casa a dejar algo, ¿No te molesta?

—. No, está bien.

໒❛ 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘, 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora