Capítulo trece

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Columpió sus pies rozando el suelo con la suela de sus zapatos, se quedó quieto cuando el azabache se acercó a la mesa dejando un topper y un termo de color celeste, el joven de orbes azules extendió sus manos tomando ambos objetos y los dejó dentro de su mochila, cerró el cierre colgándola sobre sus hombros, se levantó de su asiento mirando a su padre con una sonrisa.

—. Ayer no vomité, pero comí muy poco. — Apretó sus labios, el de orbes hazel no evitó su sonrisa acercándose a su hijo para abrazarle con cariño, dejó que recostara su cabeza en su hombro.

—. No te preocupes, poco a poco irás mejorando y nosotros te acompañaremos en cada momento, ¿Si? No olvides que te amamos, apresurate porque John debe estar esperándote. — Le soltó depositando un beso sobre su frente.

El viaje en auto fue un tanto rápido, cosa que no le extraño, siempre trataban de salir antes de que el tráfico se volviera de lo más molesto, se despidió de su padre con un abrazo y bajó del vehículo, justo en la entrada estaban Tobi y Dave esperándole, se acercó a ellos casi corriendo mostrándose con una sonrisa.

—. ¿Cómo te fue ayer? — La chica usó un tono suave, era gracioso porque su papá Paul utilizaba el mismo cuando estaba en medio de una crisis.

—. Tengo mucho que contarles, ¿Tienen la tarde libre? Así vamos a mi casa. — Era primera vez que invitaba a alguien a su casa, ambos muchachos se mostraron contentos con dicha idea. Por el miedo a que se negaran, el teñido miraba hacia las ventanas del segundo piso del instituto, pudo notar que el profesor Rose estaba acomodando unas cortinas de su oficina.

—. Por supuesto, hasta te tardaste en invitarnos, ¿Compramos almuerzo? — El de mayor altura parecía ser el más emocionado, se encaminaron juntos dentro del instituto.

—. Llamaré a mi papá Paul para preguntarle si estará en casa, si no está compramos algo. Por cierto, me tendrán que acompañar a consejería, debo preguntarle algo al profesor Rose. — No fue hasta que una brisa fría golpeó su rostro que se dio cuenta que no llevaba su abrigo ni su bufanda.

—. Oh, ¿Es sobre él que quieres hablar? — La chica alzó ambas cejas con malicia ganándose una mirada apenada del castaño de orbes azules, éste iba intentando darse calor de forma disimulada.

—. Algo así... — Estaban por cruzar al pasillo donde se encontraban sus salones pero cerca de las escaleras fueron interceptados por la señorita Seymour, Kurt creyó que se veía bastante linda con el traje azul marino que llevaba, le daba un poco de envidia lo bien que llegaba a lucir con casi cualquier cosa.

—. Buenos días, señorita Seymour. — Los tres chicos hablaron al unísono, la mujer se acercó a ellos y le extendió al ojiazul un abrigo con una sonrisa amable.

—. Buenos días, muchachos. Dice Axl que te abrigues, se lo puedes devolver cuando quieras. — El menor tomó el abrigo de color vino sintiendo sus mejillas arder por la vergüenza, era el mismo que el pelirrojo llevaba el día anterior.

—. De acuerdo, gracias. — La mujer negó con su cabeza revolviendo los mechones del castaño antes de irse y dejarle con sus amigos, se colocó el abrigo para poder matar un poco el frío que sentía.

—. ¿Disculpa? ¿El abrigo del profesor Rose? Definitivamente hay mucho de que hablar. — El castaño se llevó ambas manos a la cabeza como si de verdad le causara estrés desconocer al situación de su amigo.

Los más bajos rieron por eso retomando su camino hacia el salón, se adentraron a este viendo que ya estaban varios de sus compañeros dentro, Kurt sintió cierta incomodidad y no fue hasta que cruzó miradas con Saul que se dio cuenta el porqué, si las miradas mataran, él estaría vuelto trocitos para los cerdos.

Toda la mañana se basó en hacer actividades y atender las clases, pero en cuanto el sonido de la campana para irse se adentró casi todos suspiraron de alivio, los tres castaños se encaminaron fuera del salón hacia el segundo piso, se cruzaron con varios profesores y se despidieron de ellos usando un tono amable que podría llegar a parecer exagerado.

Los mayores se sentaron en las sillas que estaban afuera mientras que el menor tocaba la puerta con sus nudillos, pasaron pocos segundos cuando esta se abrió dejando ver al ojiverde, ya tenía su mochila en su hombro así que estaba por irse hacia la sala de maestros, ese día había querido irse temprano pero tenía que atender a una estudiante, por lo mismo solo iría a almorzar con sus amigos.

—. ¿Qué le dijo el psiquiatra? — Metió sus manos dentro de los bolsillos del abrigo, Axl al notar dicho gesto sonrió enternecido porque pudo ver que el abrigo le quedaba un poco grande.

—. Tendrás cita los miércoles, yo te voy a llevar, así que no te preocupes, y lo del piano, sería lunes y viernes. — Estiró su mano revolviendo los mechones castaños con cariño. —. Así que mañana te espero a la salida, ten linda tarde.

—. Está bien, usted igual. — No pudo evitar que sus labios formaran una sonrisa ante el gesto del mayor, sacó sus manos de sus bolsillos para agitar una de estas despidiéndose.

Se fue junto a sus amigos que observaban todo con cierta sorpresa, se levantaron yendo detrás del teñido de castaño, Axl se quedó viendo como los menores se alejaban por el pasillo, cuando bajaron los escalones retomó su camino hacia la sala de maestros con una sonrisa bastante idiota en sus labios.

Al adentrarse se encontró con Stephanie lanzandole palomitas en la boca a Duff, en una de las sillas estaba sentada una de las nuevas maestras de los párvulos, era una mujer rubia de la misma estatura que Stephanie, al principio llegó a creer que se acercó a él por otra cosa hasta que tuvieron una conversación bastante interesante donde descubrió que se llamaba Karen y sentía interés por la loca de su amiga.

—. Le contamos a Karen sobre tu amorío con el niño Lennon McCartney, también piensa que estás enfermo, amigo. — El rubio hablaba mientras masticaba y sus amigas solo hicieron una mueca de asco.

—. Y eso no es todo, dile o te funamos en dirección. — Advirtió la castaña dejándose caer en una silla, palmeó su pierna mirando a la rubia, la chica se levantó dejándole la silla al colorín y se sentó en las piernas de la otra chica.

—. ¿El qué de todo? ¿Que fuimos a almorzar juntos el sábado o que ayer fue a mi casa? Aclaro que solo fue por emergencia y solo me pidió que le enseñara a tocar el piano. — Se sentó dejando su mochila sobre la mesa de madera.

—. Mi pregunta en verdad es... ¿Le gustas al chico?

໒❛ 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘, 𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora