Capítulo 21

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Nos encontramos en la casa de Quinn

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Nos encontramos en la casa de Quinn. River ha salido, al igual que sus padres, para dejarnos solas. La rubia y June me observan detenidamente la cara mientras me maquillan. La segunda sabe hacerlo ya que hizo un curso hace como un año, por lo que ahora no he tenido problema en ser su objeto de prueba. Y la primera nos explica las cosas del aura, soltando mil palabras por minuto.

June es delicada ya que todavía sigo teniendo algunos moretones de la pelea de hace cinco días. Las cosas están tensas, aunque la tensión se refleja entre Archer y Brisa cuando se encuentran de casualidad por ahí, o entre Bastian y ella, ya que mi hermano sigue furioso con la porrista. Prácticamente le ha gritado a todo el mundo que sigue enamorada de Archer, y no puedo culparla, y tampoco mi hermano debe hacerlo, ya que no puede hacer cambiar a una persona sus sentimientos, o sí, pero este no es el caso... Bueno, las cosas entre ella y yo también están tensas, desde luego, así como ella está enamorada, a mí me gusta su ex, y eso es algo que me hace sentir mal, bastante mal, pero, de nuevo, no pueden hacerme cambiar mis sentimientos.

Una vez que June termina con mi cara y Quinn deja de pasarle todo lo que necesita para pintarme y de hablar de colores que se ven en nuestros cuerpos, me observan con enormes sonrisas.

- Muy bien, Fischer, ahora tú te encargas del peinado –manda June a la rubia y esta enarca las cejas –. ¿Por favor?

- Mucho mejor –comenta Quinn y nos reímos –. ¿Sabes, Alena? –la miro –, Kat me cayó bien. Es... intrépida.

- Tenemos la misma definición de ella –digo.

- Se metió a la pelea sin importarle nada. ¿Sabías que hay un video?

- ¿Por qué no me sorprende? –suelto en un suspiro –. Pero bueno, si Sloan quiere pasarse sus años de universidad oliendo culos, me parece bien.

- Oh, no, chica –me reprende June mientras la rubia empieza a trenzarme el pelo –. Te quiero, pero vamos a acabar con ese periódico imitador de... Gossip Girl –suelto una carcajada.

- Es el gossip estúpido y la gossip lame culos –comenta Quinn y todas reímos de nuevo.

- No podemos hacer nada, Bastian me lo dijo –las dos agachan las cabezas.

- A ver –salta Quinn –, no es que no se pueda hacerse nada. Algo debe haber.

- Sí, pero... –me quedo callada de repente cuando una idea se me pasa por la cabeza. No es brillante, aunque puede ayudarnos mucho. Asiento –. ¿Y si...? –entonces les cuento a las chicas lo que se me acaba de ocurrir.

Ellas me escuchan atentamente mientras las cosas van fluyendo de forma espontánea, como cuando escribo y solo... las palabras salen.

Unas horas más tarde, ya hemos cenado unas hamburguesas y comido helado de postre. Ahora estamos maquilladas y peinadas como si fuéramos a una gala y con mis ojos celestes resaltando por el maquillaje oscuro, pero con helado de chocolate en los labios y llorando por una película que pusimos hace un buen rato. Si mi abuela estuviera acá, que es tan fanática de los dramas, seguramente estaría gritando o haciendo sus rabietas.

En la mente de AlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora