Capítulo 43

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"Este día me he enterado que estoy embarazada

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"Este día me he enterado que estoy embarazada. Michelle cree que todo es muy precipitado, pero yo anhelo esto... Anhelo a este bebé. Siendo completamente sincera, creo que será varón. Y ahora, mientras sonrío, sé que tengo dos nombres increíbles:

Si es niña, le pondré Alaska, y si es niño... Tengo el nombre perfecto para ti, y ese es Archer. Sé que eres Archer, y eso...".

- Por favor, basta –me corta y se pone de pie.

Su gato se prende en su abrigo y lo acompaña, mientras que Morcilla se me queda viendo sin entender nada de lo que pasa.

Miro la hoja escrita con la letra delicada de Naomi y luego cierro el diario. Si él no quiere leerlo, yo tampoco lo haré. También me levanto y camino hacia la orilla del mar, donde evito mojarme ya que hace un frío del carajo. Bloom tiene los ojos puestos en las olas que rompen cerca de nosotros y aspira con fuerza, para después, soltar el aire por la boca.

- ¿Te das cuenta de que era increíble? –pregunta de repente y observo su perfil.

- Parecía una persona tierna.

- Oh, Noelia dice que Naomi era la mejor. No se metía con nadie y siempre daba, daba y daba sin esperar nada a cambio. Le encantaba hacer regalos grandes, sorpresas épicas y cantar canciones de blues, por eso amé escuchar a Pappo ese día en la carretera. Yo todavía debo aprender a cantar –muerdo mi labio al escucharlo –. La abuela me enseñó guitarra y...

- ¿Tu abuelo toca algún instrumento?

- No, él es el que canta. Pero dejó de hacerlo cuando mi madre murió, y aunque yo le pedí muchas veces que me enseñara, está negado a entonar algo, lo que sea. Sería genial que también me enseñara, él le enseñó a ella.

- ¿Por qué quieres hacer todas estas cosas?

- Porque me siento más cerca de mi mamá, siento que puedo conocerla –contesta volteando a verme.

- ¿Y si intentamos que cante? No sé, tal vez podamos hacer un karaoke –se ríe con ganas y yo arqueo las cejas.

- Alena, mi abuelo nunca aceptará cantar.

"Eso lo veremos."

Volvemos a entrar en la casa y ahí está Bastian leyendo un libro mientras los abuelos toman chocolate caliente con unas galletas, y están mirando una película que se ve bastante vieja. Aplaudo para llamar su atención y los tres levantan la vista hasta nosotros y nos sonríen, excepto por mi hermano, quien vuelve a la lectura. Frunzo el ceño y decido que le haré una pequeña visita esta noche.

- Lili, ¿te molesta tocar algo para nosotros? –la mujer ladea la cabeza, pero sé que no dirá que no cuando en sus ojos aparece un brillo de alegría.

Asiente y se levanta de un salto. Yo voy y me siento junto a Leonard, quien me regala una sonrisa fraternal.

- Me he enterado que cantas como los dioses –ahora me mira con furia y escalofriantemente fijo.

- No canto, niña –suspiro.

- Es una lástima, me habría encantado escucharlo, y sé que hay alguien que quiere aprender –ambos miramos a Archer, que parece nervioso.

- ¿El mismo que te dijo que canto como los dioses? –asiento con alegría –. Lo siento, muchacho, ya dije que no.

- ¿Cuál es tu canción preferida?

- No tengo.

- Debes tener una.

- "Hotel California" –abro mucho la boca.

- Esa canción... ME FASCINA.

- Yo puedo tocarla para ustedes, pero te necesito como voz principal, Leo –aparece su esposa con su guitarra y empieza a tocar, y cuando el hombre no canta, ella lo hace.

Aplaudo al ritmo de la canción y me muevo para los costados, incitando al hombre a cantar. Y me dan ganas de reír cuando Archer empieza a hacerlo, lo que provoca que Leonard voltee a verlo, horrorizado.

- ¡Vamos, anciano! –le espeta entre dientes Bastian –. No vas a dejar a Bloom cantando como un subnormal. Además, me está irritando el modo horripilante en el que su voz podría hacerse pasar perfectamente por unos gatos peleando.

Suelto una carcajada, y de la nada llega la esperanza cuando el hombre carraspea.

- Ay, mierda, ay, mierda –susurro –. ¡Guau! –grito, levantándome del asiento al escucharlo cantar –. ¡Guau!

- ¿Qué está pasan...? –pero Noe y Sabina, seguidas de mi nana, se quedan paralizadas al ver al señor cantando.

- ¡No importa qué está pasando! –chilla Archer.

- Sí que importa, señorito. Estabas más desafinado que loro ronco. Empezaremos desde ya con tus clases de canto. Mujer, por favor, ya sabes cuál tocar –Lili asiente... Y me quedo paralizada al escuchar la canción.

Archer me observa con una gran sonrisa y yo solo puedo parpadear mientras los demás se ponen a soltar cualquier paso, no como Bloom, que hace el que le enseñé hace unos meses. Sí, Lili y Leo entonan "Tutti Frutti", y Archer está haciéndolo, de verdad lo hace. Miro a Bastian, quien parece complacido y melancólico.

Mi novio me hace señas para que me una y, cuando decido hacerlo, paso los pies por el suelo, empezando a sentir la música, también sintiendo los sollozos de Priscila al recordar a mi abuelo moviéndose de la misma manera. Y todo mejora cuando Bastian me toma de la mano y nos movemos como lo hacían ellos, mis abuelos. La risa se me escapa y, con la mano libre, tomo la de Archer, quien sigue bailando. Los tres nos movemos como él, y seguimos así por el resto de la tarde, entre bailes improvisados y canto.

En la mente de AlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora