El viernes llega en un parpadeo y, en ese parpadeo, he tenido cuatro preguntas más de Archer. Me ha ido dejando sobres dependiendo de quién me tocaba primero cada día. Verdaderamente, no me presiona a nada, y que haga esto me lleva a sentir ternura y notar que lo intenta. Intenta que le hable, me lo aclaró en la de hoy, que no he dejado de mirarla y leerla, leerla y leerla.
"Magia:
Esta es la última nota, la última pregunta.
Si no quieres, me parece bien, no te obligaré a nada. Pero, si cambias de opinión, te invito a la casa abandonada. Por lo que sé, el día de hoy lloverá.
Si no vienes, te respetaré, pero al menos, dime algo. Dímelo de frente, y si quieres que me aleje, lo haré.
Espero verte en la enfermería para una respuesta cuando salgas de entrenar.
Archer."
Me llevo el papel al pecho. Aún no me siento lista para verlo, no sé si quiero. Pensé que mis monólogos internos en las noches ayudarían, pero solo me hicieron dudar más. Hablé con mi abuela y con Kat de lo que sentía, y, cómo no, las dos me dijeron que lo intentara. No tener una relación de un día para el otro, claramente, pero sí ver adónde nos lleva esto. Si ese beso puede ser el comienzo de algo...
Bien, esta tarde iré sin pensar en una respuesta ni nada, solo me pararé frente a él y diré lo primero que se me venga a la cabeza, aun sabiendo que puedo cagarla, pero siendo sincera al fin.
Mis pasos... Me gustaría decir que mis pasos están cargados de decisión, que estoy segura de mí misma en estos momentos, pero mi mente está dando tantas vueltas que temo empezar a darlas en plena calle entre tantos estudiantes. Aferro mi mochila con fuerza mientras acomodo la capucha de mi buzo sobre la cabeza para evitar que el aire frío impacte contra mi pelo húmedo ya que acabo de ducharme.
La enfermería está a unos pocos metros, y yo, estoy a mil millones de kilómetros, me disperso, pienso, espero, la mente se me queda en blanco y vuelvo a ver lo poco que me falta para llegar allí, lo poco que me falta para abrir la bocota y, seguramente, soltar cualquier estupidez del tamaño de Rusia. Tengo un problema con los países, así sea por un grito que llega a Egipto o las risas que llegan a Vancouver; bien, ahora es una estupidez del tamaño de Rusia.
Me detengo frente a la puerta y, antes que nada y porque soy una chica respetuosa y bien educada, toco la puerta. Y al no sentir ni un mínimo movimiento en el interior, como toda una chismosa, apoyo la oreja contra la madera, y el leve sonido de una guitarra llena mi oído. Por lo que decido, con una mano en el picaporte, abrir la puerta. Y ahí me encuentro con Archer. Cierro la puerta y empiezo a detallar la escena: él está sentado sobre una camilla con un pie sobre una silla, y la guitarra en sus manos, que se mueven, haciendo sonar en el espacio "Patience" de Guns N' Roses. Siento que mi respiración se descontrola al escucharla, porque esa, junto con "Out of tears", son mis preferidas. Dios, no canta ni nada, solo mantiene en movimiento los dedos y crea una melodía perfecta. Mis pies se mueven solos y llego a su lado. Tiene los ojos cerrados y parece que no se ha dado cuenta de mi presencia, por lo que prefiero no interrumpirlo cuando se ve muy inspirado, sé muy bien lo tedioso que es volver a conectarse con la inspiración. Que te detengan de golpe es... como cuando estás en el baño haciendo el número dos, te interrumpen en plena expulsión del cañón y vuelve al interior... Supongo que ya me entienden.
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En la mente de Alena
RomancePRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA "EN LA MENTE DE ALENA." Yo, Alena Calwell, no espero muchas cosas, aunque tengo mis metas, mis sueños... Siempre ando usando la mente. Soy escritora. Mi burbuja es mi zona de confort, y el inminente primer año de Universid...