Capítulo 35

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-         ¿Quieres que te mande fotos? Quiero una opinión profesional

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- ¿Quieres que te mande fotos? Quiero una opinión profesional.

- ¿Y a mí me pides una opinión profesional?

- Por supuesto, ¿a quién más sino? –Archer se ríe por lo bajo.

- Me gusta que pidas mi opinión, aunque sabes que te la tienes que pasar por donde sea, ¿no?

- Exactamente. ¿Cómo estás? –le pregunto y él vuelve a reír.

- Estoy bien –pero noto algo en su voz, aunque quiso apaciguarla, no le ha salido.

- ¿Qué pasó?

- Nada, magia, en serio. No te preocupes por mí y empédate esta noche. Disfruta mucho con Kat.

- Y con los chicos que conocimos en el restaurante.

- Así es –se ríe..., pero tose, lo que me hace entrar en pánico.

- Archer.

- No.

- Archer...

- No, Alena.

- Por favor.

- No, amor –susurra, y yo me quedo muy quieta en el pasillo de camino al baño. ¿Acaso acaba de llamarme...? –. Déjalo así que estoy bien si tú estás bien. ¿Estás bien?

- Estoy... bien.

- Me siento mucho mejor escuchándolo.

Cuando cortamos, le mando una foto de cuerpo completo con mi vestido negro pegado al cuerpo y mis botas altas, bueno, las de Kat. A lo que me responde:

"Estás preciosa."

Y, desde luego, no puede faltar un cometario algo subido de tono, pero apago el teléfono, llevándome las manos a la cara y tratando de ignorar las palabras.

Kat entra y es mi salvación. Me mira fijamente, abriendo mucho la boca.

- Pero, mujer... Te doy, y no consejos. Más bien unos buenos azotes en ese culo –me da una nalgada y suelto una carcajada.

- Estás hermosa –le digo, y es la verdad.

Su vestido blanco la hace lucir como una diosa, y esos tacos hacen parecer sus piernas mucho más largas de lo que son.

- Deja que te maquille.

- De acuerdo.

- Ya entendí por qué insististe tanto en permanecer fuera de casa durante la tarde –comenta mientras me aplica base –. Me encantó la sorpresa... y ese regalo. Gracias, Alena –la sorpresa era simple, solo iban a regalarle una cámara profesional, y digamos que..., bueno, yo se la compré, y sus padres le dieron otra de fotos instantáneas y varios rollos para que pueda sacar muchas fotos esta noche y tengamos polaroids de recuerdo. Además, también hicieron una torta y colgaron globos y carteles con miles de frases hacia su hija, demostrándole su orgullo y cuánto la aman, por lo que Kat se largó a llorar sobre mi hombro.

En la mente de AlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora