Capítulo 45

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Salto hacia todos lados adentro de mi traje de águila cuando West hace la última anotación antes de que se acabe el juego

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Salto hacia todos lados adentro de mi traje de águila cuando West hace la última anotación antes de que se acabe el juego. Todos chillan de alegría ante la victoria y yo sacudo el culo con pasión. Se escuchan los gritos de las porristas y los de Albert, quien tiene rodeada con un brazo a Priscila, que se ve perdida y sin saber muy bien qué hacer, aunque sonríe de todos modos al vernos contentos..., bueno, al ver a Bastian contento, que salta y se abraza con sus amigos del equipo. Yo me saco la cabeza y la tiro a un lado, justo cuando Archer se quita el casco y viene hacia mí corriendo, me levanta entre sus brazos y llena mi boca de besos húmedos.

Cuando me baja, es empujado nuevamente por el equipo, mientras, yo me voy a las duchas para ya estar lista así nos vamos a la fraternidad, y aunque sé que pasan cosas malas en esas fiestas, tampoco voy a privarme de divertirme un poco.

Me saco el traje como puedo y luego el conjunto deportivo que llevo debajo, guardándolo todo en el casillero. Voy hacia una de las duchas y me alegra estar un momento a solas y sin ningún ruido, por lo que me pongo a tararear y me ducho tranquila, viendo el vapor que flota a mi alrededor. Entonces siento la puerta abrirse y cerrarse. Unos pasos hacen eco por todo el baño y yo entro en tensión. Veo que la persona se para frente a mi puerta y sus pies se ven por la rendija de abajo. Tocan con suavidad y, antes de que pueda contestar algo, se abre... Yo suelto un chillido y luego siento unos labios presionando los míos con desesperación, y ya sé que es Archer, quien todavía sigue vestido. Me separo un poco de él para tomar aire y nos miramos.

- ¿Estás loco?

- De sobremanera –dice antes de empezar a desnudarse también.

- ¿Estás bien? –se ríe contra mi cuello y, una vez que está completamente desnudo, me abraza con fuerza –. En serio, Archer, ¿qué pasa?

- ¿Acaso tiene que pasarme algo para que me meta al baño, abra tu puerta y me moje...? Oh –me río y tomo su cara con mis manos.

- Eres un raro.

- Habló la rara –enarco las cejas y asiento, separándome de él –. ¿Adónde vas? Dame un beso –pero yo muerdo mi labio inferior y me apoyo contra la pared.

- Si lo quieres, ven tú.

- Dios, vas a matarme –se acerca a mí lo suficiente como para que nuestras caras estén a tan solo unos centímetros –. No me pasa nada, Alena, solo estoy contento –ladeo la cabeza –. Y te quiero –sus manos paran en mis mejillas y las acaricia con extrema suavidad –. Es que... –su seriedad repentina me deja recalculando por unos instantes – no sé cómo explicarte que eres... Mierda, magia, eres de lo que no hay. Eres lo mejor que me ha pasado este último tiempo, la única que me ve y me acepta, aun cuando te he dado razones para salir corriendo.

- Mierda, Archer, con la vida que tengo, ni siquiera tendrías que estar haciendo ese comentario. No me has dado ninguna razón. Sí, tu entorno puede ser una mierda, excepto por tu familia materna, pero tú..., debería decir que tú eres de lo que no hay. Nunca había conocido a alguien tan... luminoso y oscuro a la vez. Alguien como yo.

En la mente de AlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora