No me sorprende ver a todo el equipo directivo esperándome, emocionados. Pero, sobre todo, Albert Rodes parece estar a punto de vomitar arcoíris y cagar caramelos, y estoy siendo sutil, porque rebosa de alegría, así como yo reboso de puros sentimientos que me hacen sentir más torpe e imaginativa que antes. Eso no es bueno. Ya que no he estado escribiendo o leyendo, y más bien estudiando, aunque tampoco tanto ya que todavía falta para los primeros parciales. Me aburro mucho, tanto que mi cabeza empieza a crear y crear enredaderas de sentimientos y... puras ganas sexuales hacia el castaño de ojos color miel.
Estos días ha estado viniendo, y si bien ha estado nuevamente con nosotros, no les ha dirigido la palabra a mi hermano y a Brisa, y yo le preguntaba el por qué, a lo que él respondía: "Aún no". Desde luego que lo entiendo.
Ahora, bajando del auto de West, quien se ofreció a traerme esta mañana para estar más cerca de mí ya que empieza a quererme mucho, no porque sea un imbécil que se cuelga de mi fama. Nótese el sarcasmo. El pelirrojo, al ser viernes y el partido en el que haré mi aparición, por supuesto sabía que me recibirían con vítores, y él quiso... "ser bueno" y acompañarme para que no me sienta cohibida. Ahora actúa como un guardaespaldas, pidiendo que todos se alejen de mi espacio personal, lo que me resulta ridículo.
Unos brazos me rodean de repente y un grito grave y muuuuy fuerte llega a mi oreja provocándome, casi, la sordera permanente. Cuando vuelve a dejarme en el suelo, me doy cuenta de que es el decano Rodes, que tiene todo su outfit dedicado a las Águilas. Me río y niego con la cabeza.
- Está loco –le digo y suelta una carcajada mientras me rodea con un brazo los hombros.
- Eh, Rodes, ¡deje respirar a la estrella! –salta West y el decano también lo rodea.
- Vamos, hija. Hoy vamos a hacer historia..., tú harás historia. ¿Ya tienes tu coreografía lista?
- No serán saltos y aberturas de piernas, pero tiene mucho estilo –le digo y vuelve a sonreír.
- ¿Ya tienes la canción y todo?
- Malena es una muy buena organizadora para todo esto. Quiero que tenga su correspondiente reconocimiento.
- Dalo por hecho, Calwell..., ¿o prefieres que te diga mascota?
- Haga lo que quiera.
- Me gusta que me digan eso, aunque tampoco es necesario hacerlo ya que hago lo que se me pasa por la cabeza cuando quiero –asiento y seguimos avanzando hacia el gimnasio, donde ya nos esperan Malena, Brisa, Bastian y Taylor, quien me ha hablado poco y nada estos días. Mejor para mí, de hecho.
Y lo que más me sorprende, es ver una bolsa gigante y de color negra, la cual, si no supiera que es mi disfraz, creería que es un cadáver... Sí, oscuro, pero real.
Me quedo parada frente a todos y los saludo con un gesto de mano a mi profesor, a mi ex cuñada y mejor coreógrafa del mundo, a la capitana de las porristas y a mi hermano, capitán de las Águilas. Mierda, la tensión es palpable, aunque queda algo tapada por las sonrisas en sus rostros. La primera que se me acerca es Malena, quien me da un gran abrazo que dura varios segundos.
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En la mente de Alena
RomansaPRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA "EN LA MENTE DE ALENA." Yo, Alena Calwell, no espero muchas cosas, aunque tengo mis metas, mis sueños... Siempre ando usando la mente. Soy escritora. Mi burbuja es mi zona de confort, y el inminente primer año de Universid...