Capítulo 32

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Me dejo caer al suelo jadeando y sintiendo la carcajada de Malena a mi lado, que se sienta para acariciarme el pelo.

- Preciosa, estuviste increíble. Esta noche romperás corazones y llenarás de espíritu salvaje el campo –trato de sonreírle, pero hasta eso me duele –. Tengo algo para ti. Se nota que estás entrando en la etapa del amor –frunzo el ceño –, y me encanta.

- ¿Te encanta el amor? –pregunto y ella asiente, emocionada.

- Así es. ¿Te gustan las flores?

- Me gustan las flores.

- Perfecto. Entonces, hoy es el día de regalar flores porque sí.

- ¿Sí?

- Sí, para recordarles a todas las chicas que somos hermosas –ladeo la cabeza.

- ¿Esas cosas se te ocurren de manera espontánea o lo planificas desde antes? –se ríe y niega.

- Es espontáneo. ¿Quieres acompañarme a hacerlo?

- Por supuesto.

Salimos del gimnasio y nos percatamos de que muchos estudiantes se están reuniendo junto a un carrito repleto de rosas. Miro a Malena, quien tiene una mirada soñadora y alegre, pareciendo desesperada por empezar a repartir flores.

El carrito está vigilado por Valentino, quien, cuando me ve, sonríe. Me da un beso en la mejilla y recuerdo que también lo hizo cuando aprobamos el trabajo que tuvimos que hacer juntos. Nos entrega varios ramos y Male empieza a dirigirse a todo el mundo, entregando las flores a quien sea. Las personas parecen más que complacidas por el acto. Entonces yo también me pongo en marcha y revoleo rosas para todos lados, con Val siguiéndonos, arrastrando el carrito.

- Male... ¿por qué hacemos esto?

- Hay que hacer saber que existen buenas personas todavía –me dice –. Además, ya te lo expliqué hace un rato –abro la boca para contestar –. Sigue entregando las flores y guarda esta para ti –saca una blanca de su ramo, distinta a todas, que son rojas –, persona luminosa.

- ¿Por qué siento que me quieres?

- Porque... –entrega una flor a una chica que le guiña un ojo –. Alena, yo te siento... buena y... –se encoge de hombros –. No sé, me encantas –sonríe, entrelazando mi brazo con el suyo.

- Y tú a mí.

Cuando se acaban las flores y me despido de Malena y Val, decido hacer algo. Le saco una foto a la rosa y la envío a Kat, quien se encuentra mejor después de su encuentro con Logan, pero, de todas formas, nunca está de más hacer sentir bien a la persona que amas.

"Me gusta pensar en todas esas personas que me enseñaron cosas que nunca había imaginado antes."

Le mando esta frase de Charles Bukowski.

En la mente de AlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora