Capitulo 6

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Jensen pudo ver como la luz comenzaba a aparecer una vez más sobre su cabeza traspasando el agua de su tanque.

Llevaba demasiadas horas sin apenas moverse, y sus extremidades comenzaban a doler ya por todos lados, pero aún se sentía incapaz de estirarse y hacerse demasiado visible.

Lo que sucedió la tarde de ayer ni siquiera había estado planeado por él. Luego de hablar con su cuidador, Jen se había armado de valor, sabiendo ahora que ese alfa ni siquiera podía llegar hasta él y atacarlo si había un vidrio de por medio, tal como estaban separadas algunas criaturas peligrosas en su propio acuario.

Pero entonces, luego de hacer el recorrido desde el tanque móvil hasta el otro, en aquella especie de tina portátil, el sireno no pudo evitar volver a sentirse nervioso en ese ambiente tan desconocido..., tan nervioso que solo podía pensar en huir rápidamente. Cosa que desde luego era incapaz de hacer.

Él no quería estar ahí, él no quería conocer a ningún Alfa, ni mucho menos dejar que este lo tocara... el solo quería volver a la seguridad de su tanque de omegas del acuario y seguir jugando libremente. Así que finalmente cuando fue arrojado en su nueva "casa" Jensen siguió sus instintos, y se ocultó, no dispuesto a salir bajo ningún concepto.

Y así estuvo horas, viendo como incluso la luz del sol desaparecía de su cabeza y se tornaba en negro, haciendo todo aún más siniestro, lo que le provocó ganas de llorar. Hasta que finalmente luego de un rato, se quedó dormido.

Y ahora estaba ahí, todo adolorido por dormir sobre su cola... y hambriento, muy hambriento, luego de pasar casi todo el día anterior sin apenas haber probado bocado.

Tal vez realmente él estaba exagerando todo esto, después de todo, nadie estaba aquí para hacerle daño ¿no?, incluso el Alfa, por más salvaje y aterrador que fuese estaba del otro lado del vidrio, por lo que le sería imposible comerlo o siquiera tocarlo.

Si, él debía ser un Sireno más valiente... ¿Qué dirían los omegas del tanque si lo vieran ahora?... seguramente se burlarían de él, por comportarse como un alevín, siendo ya un Sireno adulto.

Jen finalmente suspiró por sus branquias en los costados y se armó de valor., si, el saldría, se estiraría y conseguiría algo de comida... Ni siquiera tenía porque mirar al Alfa.

Aun así, se aseguró de asomar apenas su cabeza echando un vistazo al otro tanque para cerciorarse que no se veía a nadie antes de ir más allá. El día anterior Jensen no había podido ver al otro Sireno con la rapidez que se metió a su guarida luego de sumergirse. Y luego de esto, desde su perspectiva, apenas había alcanzado a notar una sobra del otro lado del vidrio, sin alcanzar a notar ningún rasgo.

Una sombra grande... muy grande y de miedo.

No... ya no debía pensar en esas cosas... sacudió su cabeza. Él ahora solo debía seguir adelante y salir de una buena vez por todas.

Con cautela el omega fue desenroscando su cola y luego de una se estiró, nadando fuera de la roca, finalmente al espacio abierto del tanque, y sintiendo un franco alivio por todo su cuerpo.

Afortunadamente para él, esta vez no había ninguna sombra o presencia del otro lado... posiblemente el Alfa estaría dormido aun, lo cual, estaba más que bien con él, dándole el tiempo para subir y dirigirse hasta la parte abierta del lugar, en busca de un cuidador que pudiese alimentarlo.

.....

Emily siempre era la primera en aparecer por las mañanas por los tanques, encargándose de alimentar a ciertas especies y anotar las necesidades de limpieza de otras para delegar más tarde. Así es como ella acababa de dejar el recinto de las focas cuando lo notó, esa presencia en la parte de los Sirenos.

En un principio se sorprendió un poco, después de todo la figura se encontraba en el área de Jared, y era bien sabido que el Alfa salvaje solía despertarse y salir bastante más tarde que el amanecer, hasta que pudo recordar del omega que había sido llevado al recinto apenas un día antes.

Así que finalmente el chico había salido, ella sonrió satisfecha y de inmediato se acercó, aunque con cierta cautela para no asustar una vez más a la criatura.

Pero el omega no lo hizo, de hecho, se mantuvo quieto en su lugar, con casi la mitad de su cuerpo "humano" fuera del agua.

-Hola –dijo ella como saludo. Después de pasar tiempo con Osric, este la había convencido totalmente que estas criaturas eran perfectamente capaces de entender a los humanos, por lo que Emily había aprendido a charlar con ellos (al menos con los domésticos) tal como el otro biólogo lo hacía. -Es bueno verte fuera -aseguró la científica marina acercándose un poco más, pero aun sin atreverse a intentar ningún contacto.

-Eres realmente bonito – ella dijo, viendo como el omega tenía poca reacción, sin embargo, simplemente seguía ahí, mirándola con esos enormes ojos de un verde casi único, no parecía tenerle miedo, pero si se mostraba con un poco de ansiedad.

- ¿Qué pasa? -preguntó la científica agachándose un poco esta vez para estar más a la altura del Sireno dentro del tanque. - ¿Acaso tienes hambre? - se le ocurrió esta vez, y al ver la reacción animada de la criatura, que casi dio una voltereta, supo que le había atinado.

-Por supuesto que sí, no has comido ayer –dijo ella recordando... para después dedicarle una sonrisa al muchacho– Espera un poco, te traeré algo delicioso.

....

Aproximadamente una hora después, Jensen se encontraba finalmente satisfecho, después de un abundante desayuno de deliciosos peces, e incluso un par de golosinas de Sireno que la chica le había permitido tras comer todo lo demás... Ella era realmente agradable dejándole comer dulces tan temprano.

La científica, que al parecer se llamaba Emily le había hecho compañía también, platicándole un poco sobre el lugar, y como a diferencia de su propio acuario, este recinto estaba hecho de forma exclusiva para cuidar de Sirenos como él y otras criaturas de los mares. Así que aquí no había público que los viera y las vitrinas estaban hechas solo para los científicos.

También le contó como muchas de las criaturas de este recinto solo estaban aquí de forma temporal, la mayoría de las veces en recuperación de algún accidente o problema de salud, para luego de darles un tiempo de adaptación devolverlas al mar.

Jensen escuchó toda lo que la chica le contaba con mucha, mucha atención, lo que probablemente es lo que había provocado que ella siguiera hablando en primer lugar... y todo eso le pareció demasiado maravilloso y nuevo.

Él sireno nunca había estado en el mar abierto y de hecho estaba tan acostumbrado al cautiverio que ni siquiera se había planteado el hacerlo... incluso él estaba demasiado también acostumbrado al público viéndolo a través de un vidrio, una rutina que había tenido desde alevín, y que la verdad hasta le gustaba un poco... sobre todo cuando se trataba de esos humanos pequeños que intentaban jugar con él.

Finalmente, la chica se despidió, alegando que tenía que seguir haciendo su trabajo, pero prometiendo al omega visitarlo nuevamente, lo cual realmente el Sireno esperaba sucediera.

Fue entonces como Jensen, ahora totalmente relajado con la plática y la barriga llena simplemente se olvidó de todo y se dio un chapuzón al tanque, para comenzar a dar volteretas contentas, estirando sus músculos de las aletas y la cola, y sintiendo como su espíritu de Sireno feliz volvía a su cuerpo.

El simplemente subía y bajaba, dando maromas hacia atrás jugueteando con los peces y mantarrayas que le hacían compañía en el lugar.

Hasta que algo, un sexto sentido lo alertó para hacerle notar que no se encontraba solo... haciendo que parara todo movimiento de repente, volteando muy lentamente hacía la vitrina que tenía a un lado, y entonces verlo.

Un enorme Sireno de potente cola verde musgo, cabello castaño espeso y mirada felina penetrante estaba justo frente a él, solo separado por el grueso vidrio.

Y ambos se quedaron ahí, mirándose directamente uno al otro sin moverse ni emitir ningún sonido, por lo que pareció ser un rato demasiado largo. 

SirenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora