Capitulo 3

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Desde el momento cuando las compuertas superiores se abrieron, Jensen supo lo que vendría... incluso sabía lo que se esperaba de él cuándo aquella especie de camilla, atada a unos arneses bajó desde una grúa.

Pero él no pudo, no fue capaz de nadar y colocarse sobre esa tela, no sabiendo que al hacerlo iba a ser levantado y sacado del agua para entonces ser llevado hasta el tanque del Alfa... sus nervios se lo impidieron y por el contrario el solo nadó hasta el rincón más alejado, haciéndose un ovillo con su cola en la esquina del pequeño tanque, sin moverse de ahí, aun cuando la misma camilla se le acercase, y los hombres encima del agua le instaran a subirse.

- ¡No quiere subir! - gritó uno de los encargados de la grúa, a los dos sujetos que estaban debajo del camión esperando.

- ¿Cómo? - Fue Jeff quien preguntó, genuinamente asombrado.

Jensen nunca había sido un sireno ni remotamente problemático, por el contrario, era uno de los más tranquilos y obedientes del tanque de omegas y estaba perfectamente adaptado a la camilla de transporte, esto sin duda era inusual.

-Bueno –fue Osric quien, sin embargo, no se mostró asombrado –seguramente el pobre estará agitado y nervioso, si como dices nunca había estado con un Alfa, tampoco habrá salido mucho de su propio tanque o mucho menos viajado tan lejos.

Jeff asintió, ciertamente, aunque Jensen estaba habituado a la camilla para sus traslados, estos eran básicamente dentro del mismo acuario, ya sea al especialista médico, o algún cambio de agua del tanque necesario, pero el pobre chico no había viajado mucho y sí que podría ser un poco estresante para él.

-Intentare convencerlo - expresó el cuidador, sabiendo que, si no lograban subir al sireno de forma pacífica, iban a tener que hacerlo por la fuerza, o incluso dormirlo, cosas que nunca eran agradables para una criatura sensible como ellos.

Debajo del agua, Jensen seguía sin apenas moverse, rebelándose por primera vez en su vida, pero con el miedo ganándole a su naturaleza domesticada y sumisa. Cuando de repente escuchó una voz conocida que lo hizo voltear.

-Hey amigo –se oía el grito apagado por el agua dirigiéndose directamente a él, así como la silueta desenfocada pero bastante reconocible –Estamos listos para salir cuando quieras.

Jeffrey Dean Morgan, su cuidador principal en el Acuario estaba también aquí, y queriéndolo o no, eso sin duda le dio una ola de alivio a Jen, aunque no lo suficiente como para acercarse a esa grúa que ahora mismo lucia aterradora.

-Jensen -Escuchó un nuevo grito ahora con su nombre - ¿Qué pasa ahí chico?, porque no vienes y hablamos un poco.

El sireno siguió sin moverse solo volteando arriba, viendo la cara del hombre que lo había alimentado y cuidado prácticamente desde que era un alevín, hasta que finalmente, luego de un nuevo llamado cuidando de no acercase a aquella camilla de miedo, Jensen solamente subió, sacando su cabeza y parte del torso del agua.

Jeff sin embargo, le dedico una sonrisa que parecía satisfecha y comprensiva.

-Hola –le habló directamente el humano de pelos en la cara sin quitar la sonrisa, aun cuando Jensen se estaba portando mal, desobedeciendo –Entonces ¿No quieres subir a la camilla no es así?

Jensen no contestó, los sirenos por supuesto no lo hacían, pero aquella mirada de enormes ojos verdes, aterrada, le dejó saber de todas maneras la respuesta a Jeff.

-Oh, pero seguro que no querrás quedarte en este pequeño tanque incomodo... -Trató el humano –bastante certero que, si lo haces, en unas horas comenzara a apestar, y a ti un omega tan lindo, seguro que no le gustan los tanques apestosos.

Jensen hizo una cara, no, definitivamente el no apreciaba el agua maloliente bajo ningún concepto... aunque la opción de un tanque con un Alfa potencialmente asesino, o con penes-garras que querían entrar en su cuerpo, tampoco le llamaba particularmente la atención.

-Vamos –continuó Jeff al ver como él sireno seguía renuente, aunque considerando un poco sus palabras – yo creo que luego de tantas horas de viaje tendrás algo de hambre ¿no?, me han dicho que en este acuario tienen una muy buena dotación de peces... incluso de tus favoritos, y te los darán en el momento que estés en tu nuevo tanque.

Sin embargo, esta vez, lejos de alentar al omega, la mención de dicho tanque pareció volverlo a su estado de pánico anterior, haciendo que se escondiera un poco más en el agua dejando solo sus ojos de fuera en esta ocasión.

Jeff arqueo una ceja, aun mas intrigado.

-¿Qué pasa ahí, he chico?... -Preguntó mientras veía como los bonitos ojos verdes lo miraban con miedo – estas bastante asustado ¿No?... -Jeff estiró una mano hasta el sireno –Acércate un poco, anda.

Y esta vez, sin chistar, Jensen si obedeció, quedando pronto al alcance de su humano cuidador, el cual removió un poco el pelo de su cabeza.

-Eres un chico demasiado listo ¿no es así? - se le vino de repente a la cabeza la idea a Jeff –seguro oíste hablar a los idiotas de Richard y Rob y sabes sobre el Alfa.

Jeff pudo sentir como el cuerpo del joven omega se estremeció ante la mención del sireno semental, y pudo estar seguro que había dado en el clavo.

-Así que es eso -sonrió el humano de barba con comprensión -Tienes miedo del gran Alfa –Jeff seguía pasando sus manos por el pelo del omega intentando relajarlo un poco –Si, te entiendo chico... los Alfas grandes pueden ser algo aterradores –vio como Jensen lo miraba con mucha atención - pero no para un omega bonito como tú.

Jeff trataba de sonar lo más relajado posible mientras hablaba, mostrando una sonrisa.

-Oh no muchacho... ningún Alfa te podría hacer daño a ti jamás... ¿Cómo alguno se atrevería a lastimar a una cosita tan encantadora sin caer antes perdidamente enamorados?

Jensen no entendía mucho ese último término, pero si el concepto de que su cuidador, el hombre en quien confiaba le estaba asegurando que no sería dañado por el Alfa, y eso lo aliviaba, al menos un poco.

-Además –continuo Jeff – el Alfa solo quiere conocerte... pero no podrá tocarte, no por ahora... estará ese enorme vidrio que no podrá traspasar de ninguna manera, ni siquiera dándole fuerte con la cola, el tendrá su tanque y tú el tuyo.

Jensen lo volvió a mirar, claramente emocionado con la nueva información y Jeff de inmediato notó esto, aliviándose el mismo.

-Entonces que dices chico ¿Quieres conocer tu nueva y segura casa temporal y comer unas cuantas golosinas para sirenos?

Jensen pareció pensar solo unos segundos más, antes de finalmente volver a sumergirse y nadar sumisamente hasta la camilla, colocándose sobre está en posición correcta.

Todos en el acuario, sobre todo Chau, suspiraron contentos... y la subida del cuerpo del omega comenzó sin más problemas.  

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