Capitulo 9

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Esta vez Jensen no se había asustado (o no tanto al menos), no, esta vez se alejó porque él era un Sireno pacifico, que odiaba la violencia, y ese tonto Alfa se había comportado como el salvaje que le dijo que no era, pareciéndose a un tiburón. Así que decidió que ya no le hablaría más.

Y era una lástima, porque la verdad es que después de conocerlo, le había caído bien y todo. Y no, no tenía que ver con esa estúpida cosa que sintió en el estómago al verlo... así, todo grande e imponente, pero también tan ridículamente guapo, con esa melena que se movía tan bonita en el agua y esas marcas que se hacían en su cara cuando reía... y esa cola tan fuerte y musculosa, que casi estaba dudando de que no fuese capaz de romper el vidrio con ella como le había dicho Jeff.

Sacudió su cabeza intentando no pensar en eso. La cuestión es que, aunque él era virgen, y este fuese el primer alfa que conocía en persona... había habido cosas, cosas que Jensen no contaba a nadie.

Como esa vez antes, cuando lo cambiaron de tanque para una limpieza llevándolo a otro que tenía un acceso a la sala de información, y la pantalla de la misma... y el entonces había podido ver una grabación echa para los humanos, donde se hablaban de las diferencias entre Sirenos Alfas y omegas, y en el video salían dos Alfas. E incluso hacían un acercamiento a sus pliegues genitales para mostrar que estaban más arriba que los de los omegas.

Se sonrojó otra vez de solo recordarlo y se llevó las manos a la cara.

Claro, él no iba a admitir ante nadie que había visto ese video varias veces, desde que se repetía cada tanto tiempo... Jensen no se perdió ninguna de las transmisiones mientras estuvo en ese tanque temporal... siempre esperando secretamente la parte de los Alfas.

Luego, tampoco admitía nunca que cuando los omegas eran devueltos tras apareamientos infructuosos, el quizás ponía demasiada atención a las historias que contaban y aunque si, seguía pensando que eran aterradoras (con todo el asunto de la garra en los penes y eso), también en ocasiones le provocaban ciertas cosquillas en su estómago... a veces incluso más abajo. Y esas cosquillas se parecían un poco a las que Jared le provocó cuando le habló por primera vez...

Dio una voltereta ansioso... todo esto era tan vergonzoso...

Escuchó al Alfa llamarlo una vez más... pero no podía ir, no cuando él estaba todo rojo y actuando como estúpido con esos pensamientos.

Sin embargo, no pudo evitar asomarse un poco, para ver como Jared estaba ahí, pegado al vidrio, luciendo un tanto abatido... y eso no le gusto.

Sin pensarlo siquiera, nadó hasta allá, presentándose una vez más frente al Alfa... que levantó la vista, y lo miró de una forma tan intensa y satisfecha, que Jensen de repente sintió que el agua del tanque se había vuelto gelatina.

-Siento haberte asustado... de nuevo –Fue lo primero que dijo Jared intentando parecer lo menos aterrador posible para que el omega no huyera una vez más –Es solo, que no me gustan mucho los humanos. -admitió finalmente.

Jensen arqueó una ceja, un tanto intrigado.

- ¿Por qué? -preguntó con genuina curiosidad –Los humanos no hacen daño, ellos nos cuidan, y nos alimentan.

Esta vez fue Jared quien arqueo la ceja.

-Bien... tal vez los de aquí, pero, sin embargo, ellos me tienen atrapado como preso.

- ¿Tú quieres regresar al mar? -Hizo una nueva pregunta curioso Jensen.

-Desde luego que quiero -aceptó Jared sin pensarlo.

-Pero en el mar hay peligro... hay tiburones sueltos, y orcas, y tienes que pasar horas cazando tu comida.

El Alfa soltó una nueva risa marina, pero se sintió también encantado ante la ingenuidad del otro Sireno.

-Si, tal vez en el mar las cosas sean un poco más difíciles, pero también son mucho más divertidas y maravillosas.

-¿En verdad? -preguntó el sireno omega un tanto exceptivo.

-O desde luego... para empezar es mucho más grande, tanto que podrías nadar y nadar durante meses y nunca se acabaría... Además, hay sitios fantásticos, cuevas para explorar, arrecifes con millones de peces de todos los colores que puedas imaginar y montones de otros animales geniales.

Jensen pareció bastante más interesado ante esos relatos, acercándose sin querer llegando prácticamente a tocar el vidrio, en el mismo sitio donde el Alfa también lo hacía del otro lado.

-¿Has entrado a esas cuevas? -preguntó el omega emocionado.

-Lo he hecho, y he visto cosas fantásticas... -la voz marina del alfa se hizo más grave ante la cercanía del otro chico, restregándose un poco contra el grueso cristal –Cuando vengas aquí conmigo a mi tanque, te lo contare todo -aseguró.

Jensen volvió a hacerse hacia atrás, aunque esta vez solo un poco.

- ¿Ir a tu tanque? -habló el omega con algo de alarma.

-Claro -continuó Jared –estaremos mucho más cómodos y podremos... platicar más a gusto. ¿Es que acaso no quieres?... ya te dije que jamás te haría daño, ¿No confías en mí?.

-No es eso – Jensen bajó la mirada de nuevo avergonzado –Es solo que... yo nunca he estado tan cerca de un Alfa.

-Oh –tan solo alcanzó a exclamar Jared, para que luego, el peso de la declaración le cayera encima, provocándole una nueva ola esta vez de satisfecha posesividad –Bueno... pues yo voy a cuidarte muy bien Jensen, te aseguró que no tienes nada de que estar nervioso. -le dedicó una sonrisa, al más puro estilo de sireno.

Y Jensen no supo porque esa declaración parecía haber causado exactamente el efecto contrario, cuando aquella extraña sensación en el estómago regreso con más ganas que nunca.  

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