Jared daba vueltas por el tanque, totalmente ansioso, recordando vívidamente la plática de los humanos que acababa de escuchar.
Ellos estaban hablando de su libertad... su libertad inmediata. Prácticamente a estas horas, mañana, él podría estar nadando en el mar, su maravilloso mar. Él podría ver a su familia, a sus amigos, visitar todos sus lugares preferidos, nadar sin ninguna barrera. Todo eso en solo unas horas más.
Sin embargo, esos humanos también estaban hablando de llevarse a Jensen lejos, a un lugar donde él jamás podría volver a verlo.
Unos días antes, Jared había mandado todos sus planes de una potencial libertad al diablo, solo al ver al omega más hermoso y perfecto del mundo frente a él... su lujuria había ganado a cualquier raciocinio y se dejó llevar por su polla... Pero ahora, ahora que el asunto de ser libre era tan real, tan palpable, tan cerca... ¿Qué haría Jared? Que decisión debía tomar.
Exhaló agua por las branquias varias veces, antes de que, sin pensarlo, su nado lo llevó hasta aquella pequeña y cómoda roca que él y Jensen habían estado usando de "cama" los últimos días, y ahí encontró al otro Sireno, aun durmiendo la siesta.
Y entonces lo supo, fuerte y claro... no, no había manera de que dejase que le quitaran a ese omega, que lo alejaran de él...
Esta vez no solo se trataba de pensar con la polla o meterse en problemas por las dulces colitas, esta vez iba más allá. Era la forma como se sentía tan bien al lado de Jensen, tanto, como nunca se había sentido en la vida, aun cuando no había habido nada sexual entre ellos, sino solo el charlar o juguetear.
Jared ahora era consiente, que los días anteriores habían sido los mejores días de su vida, aun estando encerrado en un tanque más pequeño que una laguna, nunca había sido tan feliz... y eso solo había sido por su Sireno... el sireno que no podría abandonar pasase lo que pasase.
El alfa nadó con sumo cuidado, colocándose justo detrás del omega, abrazándose a este mientras sus cuerpos se encajaban en perfecta armonía torsos y cola.
-Jensen -llamó al durmiente, mientras acariciaba suavemente su barriga, justo por encima de donde la piel se convertía en escamas.
El omega abrió suavemente los ojos, batiendo esas ridículamente largas y perfectas pestañas, y una ola aún más fuerte de emoción abordo todo el cuerpo del Alfa solo con ver cuan hermoso podía ser.
-Jared -sonrió el nombre del alfa cuando finalmente su conciencia despertó del todo...
-Ya es hora de despertarse mi ondino – deposito un suave beso en la mejilla del omega, muy cerca de su oreja y cuello, para sentir satisfactoriamente como este se estremecía.
- ¿Por qué me llamas así? -preguntó curioso el omega, al no ser la primera vez que el Alfa usaba ese nombre para él.
-¿Nunca has escuchado esa historia? -cuestionó el alfa a su vez, para darse cuenta que obviamente Jensen viviendo en cautiverio sería difícil que la supiera. Entonces procedió a contarlo, mientras seguía acariciando el vientre de su compañero.
-Los ondinos eran ninfas acuáticas de un lugar muy lejano, y eran seres de bellezas tan espectaculares que se dice que los sirenos e incluso los humanos no podían evitar quedarse prendados con solo verlos en los reflejos de los lagos o ríos.
-Vaya -habló el omega asombrado - ¿Y tú alguna vez has visto uno?
El Alfa soltó una suave risa marina, antes de darle un nuevo beso al omega esta vez más cerca del cuello.
-Son leyendas que se cuentan entre los sirenos del mar, pero lo más probable es que realidad no existan... aunque ahora que lo pienso.
- ¿Qué? -preguntó rápidamente el omega.
-Pues que sí que me encontrado un ser que cumple todas esas características ... tu. -El alfa tomó la cara del sireno más pequeño y lo beso una vez más, esta vez en los labios.
Jensen solo sonrió ante la tontería del otro haciéndole una cara.
-Qué suerte la que tengo –continuo Jared, mientras daba aún más besos al omega, esta vez directamente en el cuello... -He conocido al primer y más hermoso ondino del mar, todos los demás sirenos morirán de envidia.
-Jared, me haces cosquillas - respondió sin embargo el omega riendo suavemente, al sentir como esos besos se iban desde la oreja hasta la nuca.
- ¿Quieres que me detenga? -preguntó el alfa, mientras su mano comenzaba también a hacer las caricias más demandantes, comenzando a bajar ahora hasta el cinturón de escamas de la cola.
-No... no lo sé - Jensen sentía que aquellas sensaciones en el estómago ahora se hacían mucho más fuertes, llevándolo a sentirlas por todo el cuerpo, dejándolo débil y extrañamente necesitado.
-Tú tienes que decírmelo - continuo el Alfa, bajando aún más su mano, mucho más, llegando a rozar aquel pliegue oculto que hizo estremecer al omega y hacerlo lanzar un sonido marino largo, lo que podía traducirse como un gemido.
-Jared... -la voz marina de Jensen había cambiado, sonando mucho más como un silbido suave y cadente.
-¿Te gusta? -preguntó el alfa mientras sus caricias sobre el pliegue del omega se hacían más descaradas, recorriendo suavemente el borde, y dando incluso suaves pulsaciones en el centro, aunque sin entrar.
El omega no contestó, sin embargo, echó su cabeza hacia atrás totalmente entregado y soltando más de aquellos silbidos abrumados, lo cual le dio pie al alfa para continuar, tomando un ritmo constante en sus caricias, sintiendo como la humedad en sus dedos se hacía cada vez más viscosa que el agua común. Hasta que, la misma densidad y dilatación de la grieta, provocó que casi por si mismos dos de los dedos que jugueteaban entraran en la cavidad. haciendo que el Alfa siguiese con sus caricias en el interior, encontrando aquel pequeño pene omega y tirando suavemente de él, mientras otro dedo más se colaba para presionar sobre el pequeño agujero justo debajo.
Jensen tuvo que presionar sus manos sobre el brazo del Alfa, pero no para detenerlo, sino para buscar algo a lo que asirse, dentro de la intensidad de todas esas nuevas sensaciones, la aleta de su cola se movía de forma instintiva, palmeándose con la de cola de Jared detrás de la suya.
En ese momento, y sin dejar de mimar la zona genital del otro sireno, Jared dejó salir un poco de sus propios instintos alfa y mordió justo en la parte entre el cuello y el hombro del omega, haciendo que este se estremeciera, se tensara por un momento, y luego soltase otro largo gemido marino, al tiempo que Jared sentía como un chorro más de aquella viscosidad cubría por completo sus dedos.
-Jensen –dijo el alfa, sacando finalmente sus dedos, pero aun acariciando la zona esta vez con la mano completa, mientras daba suaves besos en la parte del cuello donde antes había agredido con sus dientes. -Quiero aparearme contigo.
Y el cuerpo totalmente laxo y relajado del omega luego de lo acababa de pasar, pareció volver a tensarse de forma automática.
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Sirenos
FanficEn un mundo donde los sirenos son criaturas en peligro de extinción, Jensen es Sireno omega que ha sido seleccionado para un experimento de la primera cruza con un Alfa salvaje, Jared, buscando así la primera reproducción en cautiverio. (Capítulos c...