Capitulo 21

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Las cosas a partir de ahí tuvieron que darse con sumo cuidado, aun cuando había sido el propio Jared quien llevara a Jensen hasta ellos, el Alfa se seguía viendo bastante cauteloso e incluso amenazante, dejando más que claro que el voto de confianza que parecía haber depositado repentinamente en el humano, era definitivamente frágil, y que podría cambiar de opinión ante cualquier cosa que no le gustara de lo que hacían con su omega.

Ni Osric ni nadie del centro dudaba que el gran sireno sería capaz de atacar nuevamente en cualquier momento, y en esa posición donde tendrían que estar mucho más cerca, era definitivamente un verdadero peligro palpable contra la integridad de los científicos.

Es por ello, y por no querer molestar a Jared con otra nueva presencia, que el biólogo no se atrevió a llamar a nadie más, aun cuando hubiese preferido que alguien más experto en el tema hiciera los estudios, esta vez tendría que ser él, y así se lo hizo saber a sus compañeros con una señal de la mano para que no se acercaran. Emily le dedico una mirada ceñuda y preocupada, pero se encargó de que los demás se mantuvieran a raya.

-Esto está muy bien Jared, me alegro que nos permitas ver que es lo que pasa con tu omega - comenzó Osric, dirigiéndose al Alfa que mantenía aun a Jensen detrás de él, cubierto por su propio cuerpo. -Ahora, necesito... necesito que ustedes dos se acerquen.

Jared tomó otro momento, mientras sentía como Jensen se agarraba a él, sacando solo la cabeza por detrás, y dejaba al Alfa tomar las decisiones, (más por cautela de sus reacciones contra los humanos que por sometimiento).

Finalmente, el gran mamífero marino se acercó lentamente con su omega detrás, y nadaron hasta el científico.

Osric que nunca había estado tan cerca del enorme Alfa que lo miraba aun de forma un tanto feroz, tuvo que sacar valor de donde encontrase para no echarse atrás al sentir la presencia, y más aún para decirle lo que tenía que decir a continuación.

-Gracias Jared... Vamos a revisar a Jensen ahora ¿De acuerdo? - continuó el humano con voz un tanto cortada y esperando que se escuchara sumisa – Pero para eso, él debe colocarse sobre esta plataforma, así yo puedo alcanzarlo -señaló una plataforma situada a la orilla del gran tanque que se usaba para alimentar a los Sirenos o poder revisarlos.

La reacción del Alfa ante la última petición no fue realmente sorpresiva para nadie, pero si los hizo dar un salto, incluso al mismo Osric, cuando Jared pareció querer irse de nuevo contra el científico ante la sugerencia de alcanzar a su omega. Sin embargo, las cosas no pasaron a mayores, cuando detrás de él se escucharon los sonidos pulsados que venían claramente del omega, y que detuvieron al Sireno más grande de inmediato.

Luego de solo unos segundos más, y de más miradas amenazantes para el científico, por fin Jared le permitió a su sireno separarse de él, y comenzar a subirse a la plataforma que le habían indicado. Jensen lo hizo sin mostrar temor alguno por el humano o incluso el equipo médico al que ya había sido sometido bastantes veces en su acuario. Se colocó como le indicaron entre sentado y acostado y con la cola sobre la mesa, quedando apenas la parte trasera sobre una pequeña cantidad de agua, y el resto de su cuerpo fuera de ella.

Osric mostró un amago de sonrisa, queriendo agradecer a Jensen está vez por ser un sireno tan bien portado, sin embargo, al ver al otro sireno aun cerca y atento, se dio cuenta que era mejor no dirigirse al omega directamente y solo manipularlo y tener contacto con él lo menos posible. No era la mejor de las situaciones, pero era lo que tenía ahora y lo aprovecharía lo mejor que pudiera.

El científico se movió rápidamente, explicando y prácticamente pidiendo permiso al Alfa a cada paso lo que haría antes de hacerlo, de esta forma, él tomó los signos vitales del chico, tocándolo lo menos posible, ya que el Sireno más grande no parecía estar feliz de que pusiera las manos sobre él, aun con los guantes de látex que llevaba, fue Jensen, sin embargo, quien se encargó de alguna manera de tranquilizar a Jared en varias ocasiones, cuando este parecía no estar muy contento con lo que pasaba, como cuando Osric hubo que tomarle una muestra de sangre encajando una aguja en el brazo humanoide del omega. Jared exclamó un sonido furioso, pero rápidamente Jensen respondió al mismo con otro mucho más suave e incluso si los ojos del biólogo no le estaban engañando, le pareció ver al omega sonreír dócilmente mientras colocaba una mano en el pecho de su alfa.

-Ahora voy a colocar este aparato en el vientre de Jensen– explicó una vez más Osric al Alfa que ya parecía estarse impacientando con tanto toqueteo a su Sireno –Recuerdas –le mostró la varita que había llenado de un gel azul - no hace daño, y nos dejara ver si hay algo mal dentro de su cuerpo.

Jensen levantó un poco las cejas, curioso, el tampoco conocía ese aparato. Sin embargo, el humano había dicho que no lo lastimaría, y él no tenía motivos para desconfiar, así que solo miraba con grandes ojos verdes mientras sentía como le era colocado en su abdomen y comenzaba a moverlo sobre él. Era algo frio y quizás apretaba un poco, pero ciertamente no dolió.

Finalmente, luego de unos movimientos y la mirada constante del Alfa que no le gustaba en lo absoluto las manos de ese humano en esa zona de su omega, ambos sirenos voltearon un tanto sorprendidos cuando este pareció exclamar un pequeño grito de júbilo luego de haberse mantenido con una actitud tan serena durante todo el tiempo.

- ¡Ahí está! -señaló rápidamente Osric a los sirenos, indicándoles la pantalla, obviamente ninguno de los dos comprendió en lo absoluto lo que el humano hacía. Jared levantó incluso una ceja, cauteloso, aunque el humano no parecía amenazante, sino feliz –¡Es un Alevín! –explicó una vez más el científico señalando una zona de la pantalla donde una pequeña mancha con una forma parecida a la de un renacuajo se movía espasmódicamente.

Los sirenos una vez mas no entendieron en lo más mínimo que les quería decir el científico, ni porque insistía tanto en que vieran eso y lo seguían mirando interrogantes.

-Jensen –dijo Osric comprendiendo finalmente que les tendría que explicar mejor, y dirigiéndose por primera vez al Omega – Esta dentro de tu cuerpo, aquí -indicó apretando un poco más con la vara en su vientre –Hay un alevín creciendo en tu barriga. Ustedes van a tener un pequeño sireno.

El omega e incluso el Alfa, miraban al científico con la mirada de asombro más humana que jamás pensó ver en unos sirenos, para luego voltearse a ver entre ellos de la misma manera.

Entonces sucedió algo aún más asombroso y maravilloso, y si Osric no hubiese estado ahí, viéndolo directamente nunca hubiera creído.

Jensen comenzó a hacer una serie de sonidos pulsados que realmente sonaban emocionados, hacía su Alfa, y este dejando por completo cualquier señal de su actitud feroz y amenazante característica respondió con lo que parecía ser la misma emoción.

Ambos sirenos parecieron seguir comunicándose, mientras el Omega señalaba a su vientre, y luego el Alfa, levantó una mano con sumo cuidado hasta el mismo. Osric rápidamente se apartó, quitando la varita y haciéndose hacia atrás, pero Jared lo ignoró completamente, llevando sus dedos hasta la piel de la barriga de Jensen aun cubierta por el gel, y acariciando suavemente.

Y luego miro directamente a Jensen, mientras este le respondía ambos con las miradas más suaves, más llenas de algo que jamás la comunidad científica le podría atribuir a alguien que no fuese humano. U Osric se estaba volviendo tan loco como lo acusaban, o realmente él era testigo de un sentimiento real entre los sirenos, y tan único y hermoso que le erizo la piel de emoción.

Jensen de repente, aun con la mano del Alfa sobre su barriga, y la suya sobre la de este, volteó a ver al biólogo con una mirada de interrogación. Este tardó un momento en comprender, hasta que con una sonrisa suave le contestó.

-Si, ya terminamos, pueden volver abajo.

Sin esperar un segundo, Jensen se tiró de la plataforma, seguido rápidamente por Jared tras de él, y se perdieron en la profundidad de las aguas, dejando al biólogo aun llenó de tantas emociones entremezcladas.  

SirenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora