La otra faceta de la Luna.

Capítulo 30. Una despedida.

Lentamente fue recuperando la distancia que había entre ambos, no sin antes depositar el pasaporte y el boleto de avión en la mesita de noche, justo bajo la luz de una lampara, donde le es más visible y en la que contempla la siguiente pregunta:

— ¿Cómo sabes que lo hará mañana? Danno.

El rubio sin demasiada prisa levanta el rostro, dejando entre ver que su perfecto peinado ya no lo es y que un par de mechones le caen por la frente.

— Owen Hesse no murió y el me comento de los planes que tiene su hermano para ti —responde contemplándolo por unos segundos en silencio antes de añadir— debes encontrarte con en él, en el aeropuerto al medio día. Te recomendó que lo mejor es que lleves una gorra puesta, además de lo necesario para el viaje y que no llames demasiado la atención.

Steve lo contempla por unos segundos, no esta sorprendido por aquello, y no quiere divagar demasiado en ello. En cambio, acerca su mano y acaricia en primera instancia los cabellos rubios para luego peinarlos hacia atrás, dándose las fuerzas para decir:

— será un poco difícil volvernos a ver.

— lo será.

Se contemplan el uno al otro queriéndose decir mutuamente muchas cosas, pero optando por guardar silencio, o hasta que Steve se da cuenta de que hay otra verdad que le ha omitido decir y que a diferencia de otras veces le gustaría decírsela.

Ladea su cabeza hacia un costado y luego busca una de las manos del rubio para sostenerla antes de decir:

— hay algo que quiero comentarte, mi padre en su último día convida... no tenia que llamarme a mí, debía de llamarte a ti, tú eras quien estaba frente a un juez.

Para su sorpresa no ve reacción mas que un movimiento de sus ojos azules viajar de su agarre a su rostro.

— lo suponía, también el que Victor estuviera detrás de lo ocurrido —admite el rubio aceptando los hechos— por algo te dije que me culpaba, porque sabia que por mucho que lo quisiera negar debí quedarme aquí.

— no fue tu culpa Danny, ni tu ni yo sabíamos lo que ocurriría, además mi padre era hombre de leyes y el no habría querido que te desistieras a presentarte frente al juez ese día o que mintieras.

— y por muy hombre de leyes que lo describas siempre te protegió a pesar de saber lo que hacías —añade Daniel sonriéndole y queriendo tranquilizarlo para finalmente entrelazar sus dedos con los de Steve.

— buen punto —acepta.

Vuelven a quedar sumergidos en un silencio que en esta ocasión no es tan incomodo a los demás y mucho menos aterrador para ambos. McGarrett aprovecha la instancia para contemplar todo a su alrededor, y es que la habitación se asemeja demasiado a la que compartieron cuando ambos eran un par de años más jóvenes que ahora.

— supongo que no escogiste este lugar por azar —comenta deteniendo su observación en las cortinas de la ventana que esta a su derecha.

— no lo fue —admite el rubio siguiendo su mirada— fue porque se asemeja demasiado al que fuimos luego de vernos por primera vez —concluye para colocarse de pies, sin deshacer el agarre de manos, posiciona frente a su acompañante, para posteriormente sentarse sobre su regazo— si es como aquella vez, tal vez no sea tan difícil el que nos reencontremos.

El moreno lo contempla con una sonrisa y luego de pasar sus manos por encima del pantalón del rubio hasta sostenerlo por la cadera le anima.

— no lo será, te lo puedo asegurar.

Inevitablemente se asombra y se queda quiero cuando los brazos de Williams pasan por sobre sus hombros, convirtiendo tal acción en un abrazo cuando siente fuerza en las extremidades que lo rodeando de forma inesperada, siente su cabeza apoyarse sobre su hombro derecho, el no esperaba tal gesto, de ahí la sorpresa presente en su rostro que cambia rápidamente por una sonrisa triste cuando entiende el lado lamentable detrás de sus palabras.