Capítulo 14. Realidad.

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Contempla a sus hijos que están sentados en el sillón, dormidos y apoyados el uno con el otro. Ha estado ordenando el desastre que ha quedado hecho en la casa y ya todos se han ido, por lo que ahora es lo único que le queda hacer así como esperar a que Rachel venga a buscar a los pequeños, la cual esta de regreso de un viaje con Stan debido a negocios que les fue imposible no hacer otro día que no fuera en el cumpleaños de el menor de sus hijos, le molesto un poco, pero agradece mas la situación ya que por lo menos había tenido la oportunidad de pasar este día con ellos, situación que no fue en años anteriores.

Sonríe al verlos en esa mala posición, dispuesto a ahora abandonar su labor para acomodarlos mejor o hasta que sonó la puerta captando su atención y que fue a abrirla pensando que se trataría de su exesposa, pero en cambio termino encontrándose a un hombre que vestía una camiseta azul y que resultaba ser el hijo de John, su antiguo superior.

— Steve —le saluda levemente sorprendido el dueño de la casa dado que no esperaba su regreso.

— ¿puedo hablar contigo?

Asiente y lo invita a pasar, viéndolo detenerse ahora un poco incomodo al ver a los niños dormidos en el sofá.

— si quieres puedes esperar, su madre debe de venir en ca... —deja sus palabras a medias cuando vuelven a llamar a su puerta— en camino. De seguro es ella —añade antes de volver a tomar la perilla para abrir.

— hola, Danny —le saluda Rachel apenas sus ojos se encuentras con los azules del otro, pasando al rostro de quien esta detrás y a distancia de este— hola, Steve.

— hola —saluda el ultimo.

— hola, Rachel —habla el dueño de casa— dado la hora los niños se han quedado dormidos, así que te propongo el que tendrás que llevar los regalos —le señala girándose y encaminándose a donde están los pequeños— yo y Steve llevaremos a los niños.

La mujer mira un poco preocupada la pila de obsequios que tendrá que llevar y los que comienza a cargar, mientras Danny toma del brazo al otro invitado para que le ayude.

— ignórala —le susurra el rubio a Steven, quien la contempla queriendo ayudarla cuando ve que casi se cae al salir de la casa.

— ¿no quieres ayudarla un poco? —cuestiona el moreno comenzando a imitarlo al acomodar el abrigo de Charlie, quien se deja caer en sus brazos aun dormido.

— no. Es su castigo, podía haberse quedado y haber celebrado el cumpleaños de su hijo en vez de viajar —informa mirándolo de reojo con Grace en sus brazos y de pies.

Steve no dice nada, en cambio acomoda a Charlie dejando que apoye su cabeza en su hombro.

— comprendo —acepta McGarrett una vez a su lado no queriendo profundizar en el tema— bien, entonces vamos.

Ambos salen sintiendo la brisa fresca de la noche y en fila para luego acomodar a los niños en la parte trasera del vehículo y despidiéndose de ellos pese a que están medios dormidos para corresponderles.

Se quedan en la acera de pies contemplando como se marchan una vez que Rachel se ha subido y entonces Danny se gira a verle, preguntándole:

— ¿de qué quieres hablar?

Steve desvía los ojos a la casa que se mantiene con la puerta abierta, donde ya no hay rastro de los globos que vio esta tarde.

— ¿podríamos hacerlo adentro?

— bueno, siempre y cuando estés dispuesto a ayudarme a limpiar —dice comenzando a dirigirse ha su hogareña casa.

Steven lo sigue y ya una vez adentro acepta la invitación de una cerveza que es depositada sobre la mesa, al tiempo que por su parte Danny comienza a retomar la tarea que ha abandona que consiste en recoger envoltorios de dulces y regalos que están desparramados sobre la mesa o en suelo, para nada preocupado de que estén solos ni mucho menos imaginado lo que el otro sabe.

La otra faceta de la Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora