capitulo 24: No confías en mi

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Poché

_ bicho despierta – susurré muy cerca de su oído, ayer nos quedamos dormidas apenas llegamos, ella abrazó su almohada, pero hubo un ruido afuera que la asustó mucho y terminó abrazada a mí, últimamente me encanta que haga eso, es como si necesitara de su calor para poder estar tranquila y tengo miedo de eso.

_ es muy temprano poché – ella alzó la vista, pero tenía los ojos cerrados y un puchero adorable, es como ver a los mismísimos ángeles.

_ vamos bicho abre esos ojos que hoy es el último día y tenemos que aprovecharlo al máximo – ella abrió sus ojos y se me quedó viendo, estaba prácticamente sobre mí.

_ ¿me veo horrorosa?

_ ¿Qué? – dije riendo y ella hizo gestos raros

_ ¿podrías contestar? – yo lo pensé un momento, pero cuando iba a responder ella empezó a hacerme cosquillas

_ ¡ok, ok responderé! – di gracias cuando se detuvo porque si seguía con eso me orinaba – estas muy linda y aun no entiendo como lo haces

_ ¿en serio? Poché no me mientas

_ lo juro bicho, tu serias linda así estés embarrada en lodo y de sombrero tengas un florero, eres hermosa y no miento – no sé cómo fue que dije todo eso, pero en cuanto terminé me ruboricé y ella se abalanzó sobre mí para abrazarme.

_ gracias poché, tú también eres linda y eres mucho más linda cuando te sonrojas o sonríes, así como ahora – dijo burlándose de mí

_ si vuelves a decir eso, te asesinaré bicho – respondí, tratando de que no notara mi nerviosismo y vaya que funcionó, pero no por mucho ya que ella me dio un beso en la mejilla y corrió al baño.

_ ¡yo primera!

_ ¡tramposa! – grité tocando mi mejilla para sonreír involuntariamente.

Habíamos tomado el desayuno con todos los chicos, el odioso de Sebastián no dejaba de mirar al bicho y de vez en cuando a mí, quise golpearlo en ese instante, pero me contuve por Daniela y porque no quería armar un escándalo frente a todos, menos arruinar la tarde que tengo planeada para el bicho.

estaba por ponerme de pie cuando Sebastián le pidió que hablaran, ella me vio como pidiendo permiso y no sé por qué hace eso ¿cree que no puedo controlarme?, sabe que lo detesto, pero aún no sabe el por qué y la verdad no sé cómo decírselo.

_ te espero en la cabaña, alistaré las cosas – ella asintió y yo fulminé con la mirada a Sebastián.

Caminé hasta llegar a la cabaña y organicé lo que necesitaría, tomé las golosinas que sobraron, el libro del bicho, mi cuaderno y los colores. Puse todo en la mochila y saqué la manta para guardarlo también

Esperé por unos minutos más cuando llegó muy cansada, como si hubiese corrió una maratón de muchos kilómetros.

_ ¿Qué te pasó?

_ la cabaña está lejos y odio correr – fue lo que respondió tratando de controlar su respiración.

_ no seas dramática y vámonos – ella se puso de pie y siguió mis pasos, preferí no preguntar el por qué Sebastián le pidió que se quedara, ese no es asunto mío, pero me muero por saber lo que le dijo.

Caminamos lo suficientemente lejos de todo como para pasar una tarde agradable, quería que ella descansara un poco de todo lo que hicimos ayer, además es un buen lugar para estudiar, bueno para que ella estudie y yo dibuje.

Es la primera vez que me siento tan cómoda hablando con alguien en mucho tiempo, nunca quise esto, pero el bicho es muy insistente, jamás hubiese dejado de fastidiar con sus preguntas y chistes raros.

amarte, mi necesidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora