capitulo 59: Lista de deseos

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Poché

Cuando desperté pude ver a calle aun desnuda en mis brazos y no pude evitar sonreír recordando lo que hice anoche, cumplí lo primero de mi lista y eso me gustaba.

_ despierta mi amor – ella se removía en la cama así que no me aguanté en besarla mientras acariciaba su vientre.

_ alguien tiene muchas ganas – dijo sonriendo y yo la pegué mucho más a mi cuerpo

_ ¿no puedo besarte? – pregunté viéndola a los ojos y ella me robó un pico, me encanta cuando hace eso

_ puedes, claro que puedes

_ ¿puedo intentar otra cosa además de besarte? – ella cerró los ojos ante mi cercanía, me gusta saber que desea lo mismo que yo.

_ puedes hacer lo que quieras mi amor, soy tuya – dijo viéndome a los ojos, sentí cada letra de esas palabras y mi corazón no dejaba de dar saltos de felicidad.

_ mía – dije para iniciar ese beso que necesitaba darle, ella me recibió con el mismo entusiasmo, pero en cuestión de segundos todo se intensificó de la mejor manera, era ella quien me acariciaba y delineaba mi espalda con sus dedos. Yo soy muy débil con ella y mucho más cuando es ella quien me seduce.

Quedé sobre ella sin dejar de besarla, agradecía que estábamos completamente desnudas por idea suya así que eso alivianó nuestro trabajo ya que en verdad no podía esperar para hacerla mía nuevamente.

Lo hicimos lento, detallando nuestros cuerpos, acariciándonos y repartiendo besos, marcándonos. La amé como se lo merece y en estos meses que nos quedan por estar juntas se lo haré saber a cada segundo.

Al terminar de amarnos tomamos una ducha juntas, en verdad nunca lo hicimos, pero poder compartir ese momento con ella me gustó mucho, es mágico poder besarla mientras esparzo el shampoo sobre su cabello o ella hace lo mismo conmigo con el jabón, todo es con amor sin ningún tipo de malas intenciones, solo adorarnos como solemos hacerlo siempre.

_ amor

_ dime gorda – cuando vi su rostro me dio un poco de miedo, pero luego se cubrió el rostro para entregarme una nota y en cuanto la leí también me quedé en el mismo estado, era una nota de German para Daniela.

<<ratona te dejé el desayuno listo y por el ruido de anoche más el seguro en tu puerta asumo que estas con poché así que hay comida para ambas, te quiero y aliméntense, deben estar cansadas>>

Vi a Daniela y estaba sonriendo mientras nos servía el desayuno preparado por German, no puedo creer que nos haya escuchado nuevamente.

_ Dani no te rías

_ llorar sería muy exagerado – dijo y le di la razón, pero esto es incomodo

_ ¿Cuándo será el día que tu papá no nos descubra?

_ no lo sé, pero al menos esta vez no nos vio

_ pero nos escuchó – ella tomó un poco de jugo y continúo hablando

_ solo dijo ruidos poché no creo que nos haya escuchado como tal, recuerda que callaste todos mis gemidos y yo los tuyos – lo dice con una enorme sonrisa pícara que no pude evitar sonrojarme.

Durante todo el desayuno no dejó de molestar con el tema de los gemidos así que le dije que cuando estemos solas le haré gritar mi nombre como la vez pasada, al parecer eso funcionó porque se ruborizó y ahora era yo quien la molestaba.

Al terminar de acomodar todo decidimos ir al parque y caminar un poco, el día estaba muy lindo y sería un pecado no aprovecharlo.

_ ¿hiciste tu lista? – pregunté y ella asintió

amarte, mi necesidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora