Le había dado muchas vueltas al asunto y siempre llegaba al mismo punto: Tenía que hablar con Melany.
No comprendo cómo ella pudo haber hecho algo como eso. Tal vez me esté equivocando y he sido muy ingenua como para creer lo que Samantha me contó.
Amarré bien los cordones de mis zapatillas para terminar de armar y lucir mi conjunto digno de una salida a un partido de béisbol.
—¿Estás lista? —preguntó Penny, esperándome sentada en la silla de mi escritorio.
—Sí. Vámonos —respondí y me incorporé.
Esto es nuevo para mí, ya que no soy tanto de admirar a los deportes. Digamos que soy más de ir de compras y de desenredarse el cabello.
Axel me iba a acompañar; me sentía mal, ya que Stefany no podía ir con nosotros por estar ocupada en la pastelería. Me encantaría ir a ayudarle, pero le prometí a mi mejor amiga que le daría ánimos en este partido.
—Sonríe para la cámara —mencionó Axel, capturando una foto, donde salgo totalmente desprevenida.
—No pierdes esa costumbre —dije y le apreté las mejillas.
Las gradas del pequeño patio estaban llenas de gente con polos estampados según el equipo que apoyaban o del color que los representaban como tal. Se percibía un ambiente lleno de porras, moviendo banderas; en mi caso de color rosa y verde. En una ocasión Penny me explicó que el rosa simboliza a las chicas, y el verde al deporte: Chicas y deporte.
Tenía la certeza de que esto es muy importante para ella. Desde que éramos pequeñas, siempre ella estaba haciendo trucos con una pelota, haciéndola rebotar en su pie; mientras que yo, le hacía peinados a mis muñecas y elegía minuciosamente sus vestidos.
Es así como dos personas contrarias se convierten en mejores amigas.
—¡Vamos, Penny! —grité saltando.
—Mis oídos —se quejó Axel.
—No seas aburrido, tienes que alentar a Penny conmigo. Por las puras no has venido —le hice saber y me lancé encima de su espalda para que me cargara. Se tambaleó un poco, pero luego lo hizo sin problemas.
—¡Ay! Que pesada —bufó, pero lo ignoré. Haría lo que fuera para que mi mejor amiga viese mi apoyo desde las gradas.
—¡Vamos, Penny! —seguí gritando y agitando mi bandera. Las jugadoras corrían en el campo. Yo solo observaba y alentaba puesto que no entendía mucho de las reglas de este juego.
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P.D. Simplemente te amo ©
Romance¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully? Sí, esa es Leyla. Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...