¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully?
Sí, esa es Leyla.
Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...
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—¿De verdad borró la página o es uno de los malos chistes que siempre hace? —pregunté.
—Sí, de verdad. Busco su nombre y me sale error —informó Stefany. Se llevó el celular al pecho y dio un suspiro de alivio —. Siento que me he quitado un peso de encima.
—Oigan, a veces el chisme es entretenido, pero quiero tener una cita con su amiga ¿puedo? —interrogó Greyann.
—Oh, sí, sí —respondió Axel y Stefany asintió. Se retiraron de la mesa.
—Retomando nuestra charla... Me temo que tenemos un tema pendiente. ¿Por qué te pusiste Glitter como nombre de contacto en mi celular? —Abrió la boca para responderme, pero lo detuve porque aún no había terminado —. Lo pusiste cuando estaba ebria, ¿no? Aún no entiendo por qué me ayudaste.
—Sí, no podía dejarte sola en ese estado. Leyla, por Dios. Cualquiera lo hubiera hecho.
—Pero no cualquiera lo hizo, fuiste tú. Y eso que te lancé un montón de palabras insultantes.
—Y me culpaste de todo lo que te había pasado. A pesar de eso, me diste la impresión de que intentabas mantenerte fuerte. Esa testarudez de seguir caminando, aunque tus piernas eran como gelatina. —Se rió frente al recuerdo de ese día.
—Tenía una motivación; no verte. Estaba muy resentida porque me suspendieron y no me escuchaste.
—Ibas a seguir en lo mismo que no era tu culpa y no decías el culpable. Aunque admito que fue muy valiente de tu parte haberle confesado al director esa vez. Tardaste. Pero más vale más tarde que nunca.
Se formó una sonrisa en mis labios.
Uno puede cometer estupideces, pero son aquellas estupideces que nos lleva a lo que debemos pasar. Aprendemos. Conocemos a alguien. Abrimos los ojos.
Y es tan difícil aceptar nuestros errores. Solemos tener las expectativas que nuestra vida debe ser perfecta: Sin tener experiencias vergonzosas o algo que podamos arrepentirnos. Si fuera así, qué aburrido sería todo; no tendríamos historias que contar o de las cuales aprender.
El resto de la cita, fue preciosa. Casi sentía corazones y mariposas revoloteando a nuestro alrededor. Hablamos sobre lo que haré después de que termine la preparatoria. Siento una sensación gratificante que se preocupe por mi futuro. No lo tenía claro, pero después de pensarlo un buen tiempo y con su ayuda, concluí que debería hacer lo que me haga feliz y dejar mis inquietudes a un lado: Estudiar música.
Lo que me hizo retomar lo que mi padre me dijo aquella vez cuando me fui a recoger al teatro.
El asunto de mis padres...
No he hablado sobre eso con Greyann. Siento que es un tema personal y que yo puedo asimilarlo y tomar una decisión por mi propia cuenta.
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