¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully?
Sí, esa es Leyla.
Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...
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No juzgues por sus amistades.
No juzgues por sus amistades.
Las veces que me repetía eso en la cabeza, no eran de mucha utilidad, pues no podía terminar de convencerme.
—He notado que siempre nos decimos nuestros sentimientos y palabras bonitas, pero nunca hemos tenido una cita —comentó Greyann. Estábamos en su auto. Después de que terminó su clase, me dirigí inmediatamente a este, por una sencilla y clara razón: reclamarle y pedirle de favor que me cambie de pareja.
—A veces no sé si me quieres, o me quieres matar por demasiada ira —espeté, cruzada de brazos.
Él puso el auto en marcha.
Desde la mañana supe que Freddie no iba a venir a recogerme, así que era perfecto para mi plan.
—Leyla, tienes que aprender a trabajar con cualquiera de tus compañeros. No tienes que llevarte mal con ellos para toda la vida.
—Si me llevaré mal, principalmente cuando esa compañera, me hizo caer de las escaleras y reunió a varios de mis compañeros para que me tiraran huevos y harina en todo el cuerpo. —Enumeré con los dedos cada situación.
—Sí, sobre eso... Tú sabes mi historia, te conté sobre mi madre, sobre mi trabajo, pero no me has contado la tuya.
—¿Mi historia?
—Sí... ¿Por qué te culpaste cuando dejaron caer a Raquel de la silla?
—Pues... —Resoplé —Porque... No quería causarle más problemas a Samantha, así que lo mejor fue culparme a mí. No me imagino siquiera lo que le podrían haber hecho si ella hubiera sido expulsada.
—Pero, Leyla, es un problema que ella misma se ocasionó. No tenías que sufrir las consecuencias por ella.
—Lo sé, pero no quería estar sola, por lo que se convirtió en una costumbre. Toda mi vida era una puta costumbre.
—Era ¿y ahora?
—Podría decir que tengo amigos verdaderos y tampoco es que tema quedarme sola —respondí, no muy segura sobre lo último que dije.
—Me parece muy bien. —Me brindó una de esas sonrisas sinceras que me encantan.
—¿Te acuerdas que una vez le tiré una bofetada a Rodrigo? ¿No sé si lo conocerás?
—¿Rodrigo? Sí, sí me acuerdo de su cara.
—Bueno, él es mi exnovio... Ni siquiera sé si llamarlo así, pero mientras estaba conmigo, estaba saliendo con Samantha se le declaró frente a toda la escuela y yo quedé con el corazón roto —dije de forma dramática.
Greyann se llevó las manos a la cara. No descifré si por sorpresa o porque quería reírse.
—Creí que Samatha nunca se enteró de que él y yo tuvimos algo, pero no fue así. Por eso, no dudó en realizar cualquier maldad para lograr que me suspendieran. Ojalá así como se propone esas cosas, se propusiera aprobar matemáticas —comenté.
