¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully?
Sí, esa es Leyla.
Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Entonces, presidenta del consejo estudiantil, ¿cuál es el local que propones para el baile de graduación? —preguntó el director.
—¿Local? —interrogué. El director afirmó con la cabeza —. La verdad es que he pensado en la casa de unos compañeros, bueno es una mansión. Siento que cumple con los requisitos que se necesitan para una fiesta.
—¿Cuentas con la autorización de tu compañero?
—Pues... planeaba hablarle hoy en el...
—¿Hoy? ¿Recién? ¿Y qué está esperando, señorita Leyla? ¿Una invitación por escrito?
—Faltan cinco meses. Tenemos suficiente tiempo.
—¿Suficiente tiempo? Recuerda que tenemos los exámenes de final de bimestre, y tenemos que planear un evento para la recaudación de fondos, también el viaje... Claro si es que desean.
—¿Viaje?
—Señorita Leyla, usted está muy desinformada.
—¿Cómo no voy a estarlo? Si me nombró presidenta de la nada. Yo hubiera escogido a otra persona.
—La perdono solo porque es su primera vez y que me está haciendo un favor en tomar la labor de presidenta; el día de mañana, usted me tendrá la respuesta de su compañero si es que nos autoriza su mansión, como usted dice. Vaya pensando sobre qué evento haremos para la recaudación —me ordenó y me señaló con un lapicero.
—De acuerdo —dije arrastrando las palabras.
—Ya puedes retirarte, niña —autorizó.
—De acuerdo. Hasta luego —mencioné antes de retirarme.
—Felicitaciones —comentó el director. Me giré sobre mis talones.
—¿Por qué? —pregunté confundida.
—Primera vez que te despides al salir de dirección, siempre se va corriendo, señorita. Siga procesando —narró.
—Eh... ¿Gracias? —dudé. Me salí para no hacer más largo el momento extraño, en el que alguien te dice las cosas que haces bien. Muy incómodo.
—Justo te estaba buscando —exclamó Rodrigo.
—¿Y por qué me buscas en dirección?
—¿Eso importa?
—Pues...
—Escucha ¿por qué quieres saber si sigo hablándome con Ángel? ¿Qué te importa a ti? —espetó de mal humor, en efecto.
—De acuerdo, te responderé todas tus dudas, pero primero bájale dos rayitas a tu ira ¿está bien? ¿No recuerdas que por andar impulsivo desperdiciaste un año? Bueno, tener una relación conmigo no es un desperdicio, pero ... —empecé a alardear, de broma, pero el ceño fruncido de Rodrigo me indicó que no era un buen momento para hacer el papel de graciosa. Aclaré mi garganta —. Solo quiero pedirle perdón por el mal momento que le hicimos pasar ¿está bien? No pretendo...