Antes de empezar quiero recalcar algo: He agregado algo nuevo a la trama, que se trata de una página web (The values school: The reality) que sube todo tipo de chismes de los estudiantes; y el administrador de esta, es quien menos esperan (Esto va para mis lectores anteriores).
Sin más te dejo disfrutar el capítulo...
—Si tienen alguna duda, pueden realizarla ahora mismo o buscarme cuando lo deseen. Recuerden siempre estaré para ustedes —indicó Greyann. Sus ojos azules bailaban observando las reacciones del todo el salón, asegurándose de que la mayoría realice gestos de afirmación —. Entonces daré por concluida la clase —indicó, causando el leve sonido de varios cuadernos cerrarse —. Pero primero tomaré asistencia —Muchos emitieron un quejido. Estar tanto tiempo sentados en un mismo lugar, escuchando temas que no nos interesa, enserio era fatigante.
Puse los ojos en blanco tirando mi cabeza en la carpeta.
—Leyla... Benites— escuché mi nombre y levanté mi brazo sin retirar mi cara del tablero —¿Leyla?
—Aquí —levanté la cara porque sabía que probablemente me mandara a dirección por no contestarle —. ¡Aquí! —dije con un tono fresco.
Él me lanzó una mirada azulada profunda.
Si las miradas mataran, lo más probable es que ahora estuviera en el otro mundo.
Bajé lentamente mi brazo, realizando una mueca expresando mi confusión por su actitud.
Él tomó un respiro como si por alguna razón estuviera harto de mí; solo había tenido interacción conmigo por dos oportunidades ¿Cómo es posible que esté cansado de mí? Ni siquiera me conoce. Yo debería odiarlo, por su culpa fui suspendida.
Greyann dirigió su mirada al papel donde estaba registrando nuestra asistencia, intentando fingir como si nada hubiera pasado. De la misma manera, hasta el último alumno.
Cuando ya estaba listo para marcharse, justo en frente de la puerta del aula, me lanzó una última mirada.
«Ya lárguese ¿No?» Le espeté en mi interior.
Volteé los ojos hacia arriba.
Teníamos un pequeño descanso, pero no quería salir puesto que no tenía con quién. Samantha ha estado evitando todo tipo de contacto conmigo, hasta Melany. Todos los del salón me miraban de una forma despreciable, es increíble que en vez de apoyarme porque esa foto salió sin mi consentimiento... En fin... No vale la pena molestarse, la gente siempre va a creer lo que quiera.
—Sí...—dijo Samantha sonriente hasta que me miró cuando entró al salón.
—Buenos días —saludó una maestra, pelirroja, guapísima, con una sonrisa cálida y jovial. Habría jurado que tenía mi edad, pero era imposible —. Soy una de las coordinadoras del equipo de teatro musical, quiero convocar a alumnos de preparatoria que aman este arte —informó animadamente —. Bien, ¿quién se apunta?
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P.D. Simplemente te amo ©
Romantizm¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully? Sí, esa es Leyla. Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...