Un último disparo [Vittale #3]

Capítulo veintitres.

DIRECTOR DEL FBI

Sophia...

—¡Francotirador! —gritaron junto a mí, pero yo solo tenía ojos apara Luke, quien aferraba firmemente su brazo.

—¡Luke! —Mattia corrió hacia él como una bala...

Nop, mala comparación.

Corrió rapidísimo hacia él, pero cuando hice el ademán de seguirlo Will me sujetó por los brazos y me arrastró tras un coche.

—¡Los van a matar!

—Mattia está entrenado para estas situaciones, fue el mejor de la generación, estará bien.

Mi corazón latía frenéticamente. Nunca ni en mil años me imaginé ser el banco de un asesino, estar justo en medio de un tiroteo, matar a una persona, o tener que esconderme de un francotirador.

—¿P-por qué le dispararon a Luke? Es a mí a quien quieren.

—Los francotiradores buscan neutralizar a los miembros de más alto rango de una unidad; dejando a Mattia y Luke fuera del juego llegan más fácil a ti.

—No pueden morir por mí, ellos...

—Ellos están haciendo su trabajo —replicó Will firmemente —Ellos eligieron ser parte del FBI y este es el riesgo que conlleva...

—¡Localizado! —gritó Mattia a la radio que cargaba en su cinturón, su voz resonó en la radio que Will cargaba. Asomé mi cabeza para verlo y noté que todos los agentes estaban escondidos mientras que Mattia gritaba una serie de órdenes al mismo tiempo que   uno de los escudos blindados del FBI. Luke presionaba su mano con fuerza sobre el brazo izquierdo e incluso desde esta distancia podía ver lo rojo de la sangre. —East State. Latitud de cuarenta y un grados, veinticuatro minutos, doce punto dos segundos, norte. Longitud de dos grados, diez minutos, veintiséis punto cinco segundos, este.

—Vale, se ha vuelto loco —me volví hacia Will —¿Por qué dice tanto número?

—Está dando las coordenadas al francotirador amigo.

—¿¡El FBI tiene su propio francotirador?!

—Generalmente se usa para rescate de rehenes o lucha de campo abierto, pero al parecer eres un caso especial.

—¡Malik, ya! —gritó Mattia por la radio.

Una voz que no conocía habló está vez.

—Neutralizado, francotirador enemigo cayó.

Automáticamente todos salieron de sus escondites incluyéndonos, Will y yo corrimos hacia donde Mattia y Luke se levantaban del piso. Un chico corrió hacía Luke e inmediatamente se puso a trabajar en su herida.

—¿Cómo va eso? —preguntó Will cuando llegamos junto a ellos.

—Sabes como va, ya te han dado un balazo. —hizo una mueca —Mierda, mi brazo está en llamas.