UN DISPARO
Sophia...
—Estoy más cuerda que nunca, cariño. Dos vidas, dos hijos. Un niño y una niña. Paco y Sienna.
Sienna, el nombre por el que todos me llamaban.
Pero la madre de Paco...
¿Cómo terminé...?
—No entiendo.
—Dalia no tenía donde caer muerta...—siguió la mujer de negro. Ya no tenía ni mierda idea de quien era o como llamarla —No pudo volar a España embarazada, y ambos niños nacieron neoyorkinos. Sin trabajo, educación y un parto que pagar, tuvo que elegir. La chica mantuvo a su niño, su hijito, la luz de sus ojos; en cuanto a la niña... solo fue un desperdicio de persona.
—Ahí es donde entro yo —mi vista se desplazó hacía Carter quien me sonreía con arrogancia. Apuesto a que veía la desesperación en mi mirada y se deleitaba por haberme burlado de su presentación —La bebé fue vendida al Hipocampo, dándole una buena suma de dinero como recompensa a su madre, pero... esta niña había sido registrada legalmente con el apellido de su padre en el hospital, a diferencia de su hermano. Al parecer, desde el día uno Dalia no quiso saber nada de la niña.
—Una niña que nació como la réplica de su padre. Merecía el apellido de ese mal nacido, no como mi Paco.
—El rumor llegó a los oídos del padre de los bebés, quien no soportó ver mancillado su apellido con una bastarda en una red de tráfico de menores —prosiguió Carter — ¿Y cuál fue su sabia decisión? Comprarla a un exorbitante precio.
—Mentirosos —gruñí volviéndome hacía Dalia —Estás mintiendo, maldita per...
Una patada en las costillas me hizo callar en ese minuto, mientras Mattia se agitaba en donde estaba sujeto con el arma aún recargada contra su sien, y otra contra su pecho. Sabía que ante el mínimo intento de ayudarme lo matarían ahí mismo
—No te miento, Sienna... —Dalia me miró con preocupación fingida. Como si le molestase que pensara que mentía.
—Sophia —exhalé, ya que gracias al golpe me faltaba el aire.
—Tu papi solo te quiso por mantener las apariencias, y en parte, porque buscaba un heredero para su fortuna y su esposa era estéril ¿Te dijo eso? Las cicatrices en tus manos, las hizo Brialla ¿no?
—¿Como lo...?
—Ella era tan psicópata como yo.—vaya al menos lo reconoce —No me molesta admitirlo. No es normal querer matar a alguien y yo de verdad deseo asesinarte —había un brillo fiero en sus ojos que me produjo escalofríos. Miré a su lado y Mattia la miraba respirando pesadamente, creo que él también quería matar a alguien —Cuando tu padre le contó sobre la aventura y que pensaba comprarte amenazó con matarte.
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Un último disparo [Vittale #3]
Mistério / SuspenseMattia Vittale tiene toda su vida en control; es jefe del departamento criminal del FBI, vive en un lindo apartamento en Washington y superó completamente lo que Sophia Adams le hizo años atrás. Sin embargo, cuando le asignan el caso más importante...