Un último disparo [Vittale #3]

Capítulo diecisiete.

¿SECUESTRO?

Sophia...

Resistir a Amanda en el apartamento ha sido de los suplicios más grandes que he tenido que soportar. Esa maldita bruja.

—¡Pitufa! Recordaste que tienes un hermano.

—Eh, que tú tampoco me has llamado

—Cierto ¿Qué pasa?

—Quería saludarte —me burlé

—Ya claro. Te conozco lo suficiente para saber que no llamarías solo para saber de mí.

—Imbécil

—¿Llamaste para saludarme?

—No —alargo la palabra haciendo reír a Paco —Necesito que vengas a Boston.

—¿A Boston? ¿Por qué?

—Es algo... complicado de explicar por teléfono.

—¿Estás bien?

—Sí, lo estoy. Pero... —suspiré frustrada por no poder explicarme —Me amenazaron. Llegó una amenaza de muerte y están investigando y quieren hablar contigo ¿Podrías venir, por favor?

—Claro que sí, haría lo que fuese por ti. Veré si hay vuelos disponibles para hoy mismo.

—Gracias Paco.

—No hay de que

Cortando la llamada dejé mi habitación solo para encontrarme con una llorosa Odett en la sala.

Joder ¿Y a esta que le pasó?

—Se-ño-rita So-phia —habló entrecortadamente por los sollozos —Necesito... —tragó audiblemente y respiró algunas veces intentando calmarse —Necesito ir con mi hija. Está... está en el hospital. Hubo un accidente, y ella... ella está ingresada. —lloró más fuerte. Mi cabeza palpitaba con un agudo dolor y cada vez me costaba más centrarme en el problema.

—¿Quiere que le el día libre?

—La compensaré. Vendré el fin de semana, lo prometo, trabajaré más horas, pero por favor déjeme ir a ver a mi hijita, es todo lo que tengo.

La mujer realmente parecía afligida.

Su mandíbula temblaba y más lágrimas se deslizaban por sus mejillas. De nada me servía que trabajar en semejantes condiciones.

—Vete, otro día lo compensas.

—Gracias, señorita. —corrió hacia la cocina y se quitó el delantal, apareció de nuevo en la sala lista para irse —Muchas, muchas gracias.

—Sí, sí, de nada, ahora sal de aquí.

No hizo falta que se lo dijera dos veces para que desapareciese de mi vista.